Los niños en edad preescolar creen que la muerte es reversible; esta creencia está reforzada por los personajes de los dibujos animados que se mueren y reviven una y otra vez.
Al choque y a la confusión que sufre el niño se le añade la falta de atención adecuada de otros familiares que lloran esa misma muerte y que no pueden asumir la responsabilidad de cuidar adecuadamente al niño.
Los padres deben estar conscientes de cuáles son las reacciones normales de los niños ante la muerte de un ser querido, así como de las señales de peligro. Es normal que durante las siguientes semanas a la muerte, algunos niños sientan una tristeza profunda o que crean que el ser querido continúa vivo. Sin embargo, la negación a la largo plazo a admitir que la muerte ocurrió o el evitar las demostraciones de tristeza, no serían lo más conveniente; ya que pueden detonarse problemas severos.
No se debe obligar a un niño que está asustado a ir al velorio o al entierro, pero sí se recomienda que se le haga partícipe en alguna ceremonia, por ejemplo, encender una velita, rezar, ir a una misa o visitar la tumba, para que conceptualice la pérdida.
Una vez que el niño pasa su proceso de duelo ante la pérdida y acepta la muerte, es normal que manifieste tristeza de vez en cuando, a veces en momentos inesperados. Sus familiares deben pasar tiempo con ellos y hacerles ver que pueden manifestar sus emociones de forma libre y abiertamente.
Si la persona muerta era esencial para la estabilidad del mundo del pequeño, la ira es una reacción natural y se presenta dentro del proceso de duelo. Esta ira se puede manifestar en juegos violentos, pesadillas, irritabilidad o en una variedad de otros comportamientos; el pequeño se mostrará con enojo hacia los demás familiares.
Después de la muerte del padre o de la madre, muchos niños presentan regresiones como mecanismo de defensa y actúan como si fueran más pequeños, de una forma más infantil exigen comida y atención; pueden incluso chuparse el dedo y pedir mamila como bebés.
Los niños más pequeños creen que ellos son la causa de lo que sucede a su alrededor. El pequeño puede creer que su papá, abuelito, hermano o hermana se murieron porque él una vez deseo que se murieran. El niño se siente culpable porque cree que su deseo se realizó.
Estos síntomas pueden indicar que el pequeño requiere ayuda profesional para ayudarle a aceptar la muerte, y asistir a los sobrevivientes para que ayuden al pequeño durante el proceso de duelo.
Egresada de la Universidad Salesiana, realizó estudios en Psicología infantil, Desarrollo, Alternativas educativas y psicoterapia. Tiene una Especialidad en Psicoterapia Infantil en la Asociación Mexicana de Alternativas en Psicología.
Cursó un Diplomado en Formación Humanista por la Universidad Salesiana y un Diplomado en Terapia de Juego en AMAPSI.
Asimismo, realizó estudios en Capacitación Didáctica en Educación Preescolar por la SEP. Ha impartido Talleres de Psicología Infantil a docentes y padres de familia; así como talleres dirigidos a adolescentes y ha trabajado como Instructora de Estimulación Temprana.
Posee experiencia clínica en consultorio privado y actualmente, es Especialista en Terapia infantil y adolescente, en la Clínica de Atención Psicológica Integral, CAPI.