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Primero debes saber que existen cuatro tipos de comunicación: pasiva, agresiva, pasiva-agresiva, y asertiva; es muy sencillo diferenciarlas. El primer tipo de comunicación, la comunicación pasiva, se caracteriza por la incapacidad de expresar lo deseado y se permite la violación de nuestros derechos. En el segundo tipo, la comunicación agresiva, se menciona la información y aparte se violan los derechos del receptor, por lo que se vuelve complicada la interacción. La comunicación pasiva-agresiva suele ser más compleja pues aparentemente cumple con las características de la comunicación pasiva, sin embargo, por dentro se siente frustración por no expresar las necesidades y esto conduce a un comportamiento agresivo de manera sutil.
Por último, está la comunicación asertiva la cual se caracteriza por la capacidad de expresar las propias necesidades sin necesidad de violentar los derechos del receptor pues se es consciente de las emociones del otro individuo. En este tipo de comunicación se maneja una vía horizontal en donde se comunica el pensar y sentir de manera respetuosa; también se caracteriza por la gestión adecuada de las emociones, pues como verás más adelante, es importante que identifiques qué emoción te generó la situación y de ahí partir para comunicar tus necesidades. Recuerda que, en este tipo de comunicación, el respeto es la base.
En ocasiones cuando nos comunicamos, no lo hacemos de la manera más clara posible, lo que impide llegar al objetivo de sentir tranquilidad. Es importante identificar qué es lo que está ocurriendo en nosotros y qué sucede afuera antes de que la impulsividad gane y nos guíe a utilizar los otros tipos de comunicación. Reconoce el problema y menciónalo tal cual.
Ya que está claro el problema, menciona la situación específica, sin juicios, de lo que ocurrió. La importancia de esto es que, al comunicar de manera clara, debemos encargarnos de que el receptor del mensaje se encuentre en el mismo canal que nosotros por lo que lo invitamos a que sienta empatía al momento de describir la situación problema.
Este paso es crucial para la comunicación asertiva pues es en donde la regulación emocional aparece. Después de mencionar la situación problema, es momento de mencionar la emoción que te provocó tal acontecimiento. Si te es complicado identificar qué sientes, en el artículo Emociones: ¿qué son y para qué sirven? podrás encontrar una ruleta con toda la gama emocional. Para no caer en la comunicación pasiva-agresiva, la expresión de lo que sentimos nos permitirá sentir alivio emocional, por lo que no habrá necesidad de tener una conducta violenta posteriormente.
En este paso, mentalmente deberás preguntarte qué es lo que buscas o qué hubieras preferido que la otra persona hiciera: ¿Con cuál comportamiento del receptor no sentiría tal emoción, al contrario, sentiría bienestar emocional? Aquí debemos ser lógicos y no pedir una conducta no realista. Recordemos que, en este tipo de comunicación la interacción es horizontal, por lo que comprendemos que el receptor tiene el mismo valor e importancia que nosotros.
Ya que tienes claras tus necesidades es momento de expresarlas. Aquí emplearás el tiempo futuro en donde solicitarás el comportamiento deseado en futuras ocasiones para así evitar la repetición del suceso que generó malestar emocional. Es importante tener claro que el receptor es un individuo con sus propias emociones y pensamientos, así que al generar la solicitud, ten presente la importancia del respeto y la escucha activa hacia el receptor.
Ya que se mencionaron los 5 pasos de la comunicación asertiva, utilizaremos este ejemplo: “Mi pareja no llegó a la casa a la hora de la comida”. En este caso la comunicación asertiva es de la siguiente manera:
(1.Nombrar el problema) Ayer no llegaste a casa (2. Nombrar la situación específica) estuve esperando con la mesa puesta y no sabía qué estaba pasando (3. Nombrar las emociones) eso me hizo sentir preocupación (4. Pensar un acuerdo que me genere bienestar emocional) (5. Mencionar de manera específica la solicitud para ocasiones futuras) es por esto que te pido por favor que cuando sepas que no llegarás a casa me lo hagas saber en cuanto tengas oportunidad para que así yo pueda sentir tranquilidad.
Como todo en la vida, esto conlleva práctica, error y prueba, y saber regular las emociones; posteriormente, lograrás utilizar la comunicación asertiva de manera natural. Comienza con situaciones sencillas y poco a poco inténtalo con situaciones complejas.
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