Este tipo de percepciones equivocadas también son alimentadas por creencias limitantes que nos hacen pensar que es incorrecto pedir ayuda o que es sinónimo de debilidad preocuparse por la salud mental.
De generación en generación se transmiten estereotipos e ideas preconcebidas que repercuten en los comportamientos que manifestamos y en los márgenes de acción que nos permitimos, volviéndose así una limitación para buscar atención psicológica, útil en las diversas situaciones cotidianas por las que todas las personas pasamos a lo largo de nuestra vida.
Socialmente estamos acostumbrados a no priorizar la salud, ni la física y aún menos la mental. Es frecuente acudir con un especialista solo cuando ya se tiene una situación de gravedad, y se deja de lado la prevención.
Otro factor que comúnmente hace que las personas decidan no acudir a terapia psicológica, es el miedo a ser etiquetados, patologizados o juzgados, acciones que son completamente antiéticas y que los especialistas de la psicología evitan a toda costa. No obstante, sí son riesgos a los que se exponen las personas que prefieren recurrir a alternativas dudosas que se venden como algo místico, novedoso o alejado de la psicología, precisamente valiéndose de los prejuicios asociados a esta y de los miedos que las personas tienen ante la idea de mostrarse vulnerables o compartir aspectos personales de su historia.
Contrario a lo que comúnmente se piensa, el servicio de Psicología no es exclusivo para personas diagnosticadas con un trastorno mental, sino que es adecuado para cualquier persona que, a través del diálogo, desee expandir sus posibilidades y encontrar soluciones mediante la reflexión, cuestionamientos de creencias limitantes, aprendizajes y la co-creación de alternativas en un espacio centrado en la persona, libre de prejuicios y completamente enfocado en sus intereses.
Entre los principales beneficios de acudir a terapia psicológica se encuentran:
Las conversaciones psicológicas difieren de las conversaciones cotidianas con familiares y amigos(as) ya que están basadas en el método científico, en estrategias y modelos teóricos enfocados en realizar cambios para mejorar el aspecto relacional, fomentar habilidades y respuestas asertivas. Mientras que las conversaciones con familiares y amigos parten de la perspectiva personal de quien las emite, pudiendo así estar cargadas de juicios de valor, críticas o intereses personales.
En CAPI ponemos a tu alcance un espacio seguro con profesionales de la psicología capacitados en diferentes áreas de acuerdo a tus necesidades.