Más de 40 millones de mexicanos son obesos; México ocupa el segundo lugar en el mundo con este problema en su población adulta. Mientras que en la población infantil, México ocupa el primer lugar, como lo indica la OMS (2009).
Además, tiene un alto impacto en los individuos y sus familiares, ya que la obesidad es la causante de enfermedades crónicas degenerativas como la diabetes mellitus, problemas cardiovasculares, hipertensión arterial, enfermedades digestivas, respiratorias, trastornos del sueño, alteraciones y daños en articulaciones y huesos. Lo que daña la calidad de vida de las personas que la padecen y de sus familiares. Este problema también corresponde a la salud pública.
El origen de la obesidad es multifactorial, es decir, es la combinación de hábitos alimenticios personales y familiares, estilos de vida, tradiciones y patrones de alimentación familiares, así como el uso de la comida con relación al afecto.
El origen de la obesidad es la conversión de grasa del exceso de alimento ingerido o del descenso en el gasto energético, es decir, la inactividad o sedentarismo que se almacena en el organismo. Sin embargo también se han encontrado que los sentimientos más comunes que tienen las personas obesas son vergüenza, tristeza, frustración y que existe una relación significativa entre la obesidad, la depresión y la ansiedad. La ansiedad, la satisfacción de la vida y la depresión son factores predisponentes y precipitantes importantes para que una persona pueda desarrollar obesidad. Y así, existen un sin número de investigaciones que arrojan información y enfatizan que la obesidad no solo tiene que ver con la cuestión de la ingesta, sino va mas allá de eso, ya que la ingesta está estrechamente relacionada con las emociones.
En la actualidad, los tratamientos para la obesidad, están basados en un tratamiento médico y nutricional, y dejan en segundo lugar a la parte psicológica, ya que olvidan que la obesidad no es causada por un virus o una bacteria que ataca al cuerpo de la persona, sino por múltiples causas, incluyendo la emocional. El tratamiento y las estrategias para enfrentarla no puede ser igual a la manera en como se abordan las enfermedades en las cuales el agente causante es un virus o bacteria. Para tratar la obesidad, hay que trabajar en el sentir de la persona con obesidad y en el entorno del cual se retroalimenta, como es la familia. Es su sentir, lo que ha llevado al enfermo a ser lo que es, o lo que no es, por lo tanto, la tarea es trasformar ese sentir, y no solamente seguir con el tratamiento o el enfoque médico tradicional para enfermedades multifactoriales.
La familia es el primer grupo con el cual convive el individuo al momento de nacer. A partir de esta premisa, es como podemos concebir que sus hábitos son decisiones personales y seguir con la idea de que el abordaje para el tratamiento de la obesidad debe de ser exclusivamente individual.
Al ser la obesidad una enfermedad multi-factorial requiere de un tratamiento igualmente multidisciplinario y personalizado, al individuo que sufre la enfermedad, a su cronicidad, cormobilidad u otros padecimientos y grado de obesidad. El cual debe consistir en un nutriólogo, endocrinólogo, que son los especialistas para indicar una dieta hipocalórica, una rutina de ejercicios y psicoterapia como básico en un tratamiento y si el caso lo requiere entonces recurrir a fármacos o incluso a cirugía bariátrica, como lo es la utilización del balón gástrico, banda gástrica, bypass gástrico, liposucción, etc.
Investigaciones demostraron que cuando se incluye y se tiene el apoyo de la familia en el tratamiento, y se les educa a todos los integrantes de la misma, pero principalmente a las madres, existe una disminución de peso exitosa.
Los esfuerzos que se realicen en seguir un tratamiento para bajar de peso serán poco efectivos si no se llegan a concretizar cómo y de qué manera las variables psicosociales afectan al individuo obeso.
Por lo que si queremos atacar el origen de esta enfermedad tenemos que cubrir todos los factores que la originan y la mantienen, así que nunca esta demás también tener un apoyo psicológico durante el proceso de disminución de peso si en realidad queremos que sea duradero y exitoso.