Existen varias teorías que explican cuan esencial es el rol del padre en la vida de un hijo(a); entre los principales aportes se encuentran la teoría de Melanie Klein y Donald Winnicott. Estas corrientes han planteado un cambio radical en los estudios sobre el papel del varón como figura paterna, y han ayudado a profundizar en nuestro entendimiento sobre la importancia de la presencia activa de un padre en la vida de un niño(a).
La teoría de Klein postuló el concepto de «figura materna primaria», un enfoque radicalmente distinto al tradicional sobre el vínculo entre madre e hijo(a). Según esta teoría, el niño(a) debía tener acceso también a la figura paterna durante el desarrollo temprano, ya que esta puede aportar seguridad y un sentido de equilibrio.
Winnicott también hizo aportes fundamentales acerca del rol paterno. Según sus estudios, el varón cumple una función vital en la mediación entre madre e hijo(a). Esta mediación es importante para el desarrollo de la psique infantil; y la presencia de un padre es esencial para proporcionar el amor y la seguridad necesarios para el crecimiento apropiado del niño(a). Según esta teoría, el padre proporciona un ambiente seguro y percibido por el niño(a) como un lugar en el que las necesidades se satisfacen. Esto se logra a través de la presencia física y emocional del padre, su capacidad de ser comprensivo y aceptar las emociones del hijo(a) sin juicio ni manipulación. Asimismo, el padre debe estar dispuesto a poner límites y establecer reglas, pero a la vez incentivar la autonomía y la creatividad del niño(a). Esto es clave para que el proceso de maduración y desarrollo saludable de la personalidad de un hijo(a) sea fructífero.
De acuerdo con las teorías de Winnicott, el papel del padre no es el de una figura directiva que lleva unilateralmente la responsabilidad, sino el de un guía, que ofrece orientación y apoyo. Esto ha provocado ciertas discusiones entre los profesionales de la psicología, ya que esta percepción del papel paternal contrasta con la idea de un padre como un controlador de los actos e intenciones del niño(a).
Para las teorías contemporáneas, además del papel estrictamente paterno, el padre es un modelo de comportamiento. Los padres no solo proporcionan guía y orientación, sino que también sirven como modelo a seguir para los niños(as) enseñándoles los valores y la ética de comportamiento que persigue el adulto. A medida que el niño(a) crece, este modelo puede servir como referencia para construir su propia identidad.
En cualquier caso, la idea básica es que el padre supone mantener una relación cercana y constructiva con su hijo(a). Esto se logra precisamente a través del respeto y la capacidad de reconocer y apoyar al niño(a) a través de incontables conversaciones donde el vínculo paterno-filial se fortalece.
En resumen, el papel del padre en la crianza es sumamente importante debido a la influencia que tiene en la construcción e identidad. El objetivo del padre debe ser el de ofrecer amor incondicional, seguridad y comprensión, para crear una relación saludable y fortalecedora entre un hijo(a) y un padre.
Como ya he dicho, el rol paterno y la función del varón en la crianza son elementos fundamentales para el desarrollo mental, emocional y psicológico de un niño(a). A través de las teorías psicoanalíticas contemporáneas, se ha descrito claramente la importancia de la presencia activa de un padre en la vida, y cómo este puede contribuir al adecuado desarrollo de la psique infantil.
La paternidad es una etapa clave en la vida de los padres y los hijos. Por lo tanto, en psicoterapia, se presta especial atención a las expectativas y sentimientos de los padres en relación con su nuevo rol.
Las terapias de grupo pueden ser una buena manera de abordar la paternidad, ya que le permiten al padre saber que no está solo y que hay otros que comparten sus mismos sentimientos. Estos grupos también pueden permitir a los padres compartir historias, técnicas de crianza y apoyo entre sí.
Además, es fundamental para el desarrollo de la paternidad el reconocimiento y la aceptación de las capacidades y deficiencias de los padres por parte de los hijos(a), ya que a veces estos últimos pueden vivir con la presión de que sus padres exigen demasiado de ellos. La psicoterapia puede ser una herramienta valiosa para ayudar a los padres a que se reconcilien con sus deficiencias, y que les ayude a aceptar y a esforzarse en mejorar.
La psicoterapia individual también puede ayudar a los padres a establecer límites adecuados cuando se trata de criar a los hijos(as). Deben encontrar el equilibrio adecuado entre ayudarlos a desarrollarse en un ambiente seguro y controlado, así como evitar que se paralicen o comiencen a relajarse demasiado en su entorno.
Finalmente, la psicoterapia también puede ayudar a los padres con la gestión del estrés, ya que la educación de los hijos(as) puede ser una tarea agotadora. La terapia puede ayudar a los padres a aprender técnicas para relajarse y mejorar su bienestar emocional, lo que les ayudará a ser un buen ejemplo para sus hijos(as).
Por ello, es importante acercarse con un profesional de la salud mental capacitado, para poder desarrollar y trabajar con técnicas y/o tratamientos afines a sus necesidades, y poder regular y conocer inquietudes, miedos y deseos.
Recuerda que en CAPI contamos con especialistas que pueden acompañarte en este proceso de identificar aquellos criterios que puedan generar una carga, para abordarlos y desarrollar el tratamiento adecuado, en busca de mejorar tu bienestar.