Podemos definir a la alienación parental como aquellas acciones que tiene uno de los padres de un menor sobre su conciencia para modificarla en función de escindir la relación con el otro progenitor. A veces, el generador de la alienación no es un progenitor. Puede ser un abuelo o abuela, tíos e incluso las nuevas parejas de los padres. El objetivo es la denigración del padre o la madre en función de causar un daño en el, sin tomar en cuenta las implicaciones de salud mental y física que se pueden crear en el niño.
Este tipo de casos se registran con mayor frecuencia en familias que enfrentan divorcio o separación de los padres, aunque también hay ocasiones en que aunque los padres conserven el vínculo (vivan juntos) la alienación se presenta de forma indistinta.
¿Qué tipo de acciones implican alienación parental?
Impedir el derecho de convivenciacon sus hijos al otro miembro de la pareja.
Influir en los niños con mentiras sobre el otro.
Insultar o desvalorizar al otro en presencia del pequeño.
Minimizar o ridiculizar los sentimientos de los niñoshacia el otro.
Incentivar o premiar la conducta despectivay de rechazo hacia el otro.
Implicar al entorno familiary a los amigos en los ataques al ex cónyuge.
Este tipo de acciones tienen repercusiones directas sobre la salud de los menores.
De inicio, el hecho de que el vínculo con unos de sus padres se vea expuesto a este tipo de maltrato y termine separado y con una opinión negativa, es un factor de daño psicológico que podría requerir intervenciones de varios tipos, incluyendo la ayuda psiquiátrica.
¿Qué trastornos en la conducta del niño causa el Síndrome de Alienación Parental?
Dependencia emocional: cuando sienten miedo a ser abandonados por el progenitor con el que conviven, ya que saben, y así lo sienten, que su cariñoestá condicionado y que deben odiar a uno para ser querido y aceptado por el otro.
Conducta agresiva: que puede ser verbal (insultos) o incluso física, al grado que hay que interrumpir o terminar la visita o convivencia.
Dificultades en la expresión y comprensión de las emociones: los niños no saben identificar lo que sienten y lo manifiestan por una sola vía, que frecuentemente es el enojo o la tristeza. Carecen de capacidad empática y mantienen una actitud rígida ante los distintos puntos de vista que ofrezca el progenitor rechazado.
Conducta de evitación: que puede plasmarse en somatizaciones (enfermedades frecuentes como resfriados, fiebre y sobre todo dolores de estómago y cabeza) de tipo ansioso que le indisponen y que tienen como consecuencia no realizar la visita.
Trastornos en el sueño: pesadillas, problemas para conciliar o mantener el sueño, terrores nocturnos o bien hipersomnia (dormir en exceso).
Trastornos alimenticios: falta o exceso de apetito, vómito, alimentación selectiva (comer, por ejemplo, un solo tipo de alimento por semanas).
Trastornos de ansiedad: respiración acelerada, enrojecimiento de la piel, sudoración, elevación del tono de voz, temblores y desbordamiento emocional son algunos de los síntomas del estrés que, algunos niños, manifiestan en el momento de las visitas con el progenitor rechazado.
Frente a este tipo de síntomas es necesario buscar ayuda psicológica y médica de forma inmediata para obtener un diagnóstico y poder comenzar un proceso o tratamiento que permita controlar los efectos de la alienación y suprimir, para eventualmente eliminar, el sufrimiento psíquico. Es recomendable que se busque apoyo psicológico adjunto para el padre de familia que ha sido objeto de alienación en función de hacer más sólida la relación con el hijo afectado y se puedan revertir los efectos del síndrome. No debemos pasar por alto que es una forma de maltrato infantil y debe apelarse en todo momento a los derechos de los niños para frenar este tipo de contextos.
Finalmente, existen parámetros en los procesos legales que permiten determinar cuando existe este síndrome, y que pudieran modificar las decisiones de las instancias jurídicas en beneficio de los menores.
Fuente: SEGURA, C.; GIL, MJ. y SEPULVEDA, MA. El síndrome de alienación parental: una forma de maltrato infantil. Cuad. med. forense [online]. 2006, n.43-44, pp. 117-128.
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