Para un padre, la felicidad de sus hijos es lo más importante, y por ello hacen cualquier cosa para conseguirla.
Imaginemos por un momento, lo que un niño con una dificultad de aprendizaje enfrenta y vive diariamente: ir a la escuela y obtener calificaciones por debajo del promedio del grupo o reprobatorias (a pesar de horas de estudio y esfuerzo), los apuntes incompletos (no por gusto, sino por distracción, ya que cuando se dio cuenta, el dictado ya había terminado), constantes llamadas de atención de la maestra y un grupo de compañeros que se dan cuenta de la dificultad que presenta para tomar apuntes, estudiar, poner atención, etc.
Además de tener que soportar la presión académica, tiene que aguantar la presión social, ya que los compañeros lo critican por leer lento, por olvidar las cosas y preguntar lo mismo varias veces, etc. El día no termina ahí, llega a casa y hay que hacer la tarea que no entiende y su mamá se enojará al explicarle y, a pesar de estudiar, no logrará mostrar el conocimiento adquirido. ¿Dejaría de darle la oportunidad de tener un día tranquilo y con éxitos?
La dificultad en el aprendizaje y el rezago académico no son fáciles de resolver, si no se identifica la causa específica. Para ello se requiere del apoyo de un especialista, quien le proporcionará las herramientas necesarias para fortalecer las habilidades que presentan algún retraso. Sólo de esta manera el niño alcanzará el nivel académico del resto de sus compañeros. Debemos comprender que cuando un niño recibe información sobre algún tema o materia, y después de almacenarla no logra mostrar el conocimiento adquirido, no lo hace por gusto o por falta de capacidad, sino porque existe una falla que está frenando el proceso.
Si no se tiene una respuesta clara del problema, los padres se pueden sentir preocupados y agobiados por el bienestar de su hijo, sin embargo, es importante saber que una valoración psicopedagógica les brindará la información necesaria para hacer un diagnóstico de las habilidades y capacidades del niño. A partir de dichas habilidades y capacidades se creará una estrategia efectiva para favorecer tanto el aprendizaje, como una vida escolar positiva.
Papás: la importancia de realizar una valoración psicopedagógica a tiempo, radica en evitar que su hijo se desgaste emocionalmente, que logre éxitos académicos, que aprenda con gusto, que sea independiente en el proceso del aprendizaje, y que así mantenga su autoestima.
Es el conjunto de pruebas que se hacen para conocer las fortalezas, debilidades y capacidades del niño, obtener un diagnóstico sobre los factores que interfieren en el desempeño escolar y, de esta manera, crear un plan de acción para la escuela, casa y, en su caso, terapia.
Este plan de acción se compone de estrategias conductuales, aprendizaje, adecuaciones curriculares, cambios dentro de la ubicación del salón de clases o algún tipo de apoyo adicional.
Entre los apoyos recomendados con mayor frecuencia se encuentra una tutoría o regularización, terapia de lenguaje o articulación, terapia de aprendizaje, técnicas de estudio, terapia emocional, o alguna valoración adicional, ya sea visual, auditiva, motriz o neurológica.
Existen diversos factores, entre ellos:
El éxito depende de la confianza y apoyo que los padres le den al especialista, así como la constancia y el refuerzo de las estrategias sugeridas en casa. El tratamiento debe ser interdisciplinario: especialistas, padres y escuela, para tener excelentes resultados.