Si bien existen aptitudes naturales para el lenguaje, la música o las matemáticas, que dependen de la lateralización del cerebro y del desarrollo de áreas específicas del mismo, el niño comienza a demostrar actitudes positivas o negativas hacia determinados campos del saber a partir de sus experiencias en el salón de clases.
En la infancia, el niño necesita tocar, ver y explorar para comprender. Los procedimientos mecánicos le trasmiten al niño fracaso, ya que al no comprender de manera concreta, debe empezar a suplir el razonamiento y la comprensión con la memoria. Sin embargo, los procesos aritméticos mecánicos requieren de la aplicación de juicios que el niño no puede emitir pues no ha entendido la esencia detrás de la mecánica.
Son métodos visuales que se apoya de material concreto, para que los niños comprendan las matemáticas a través de la manipulación de objetos (material educativo específico). La didáctica de las matemáticas desde los primeros grados se enfoca en la solución de problemas, se asegura de que los estudiantes dominan los contenidos previos en lugar de repetirlos a lo largo de primaria.
Al trabajar con material concreto y una metodología adecuada, no sólo se atiende a todos los estilos de aprendizaje, sino que se refuerza la actitud positiva hacia las matemáticas. La clase de matemáticas deja de ser árida y abstracta y se convierte en un espacio lúdico de experimentación concreta.
Cuando los alumnos comprenden la esencia detrás de la mecanización, son capaces de generar sus propias conclusiones y de resolver problemas de mayor complejidad, lo cual impacta en su autoestima y en una actitud de gozo por el aprendizaje.
En CAPI contamos con los mejores especialistas para tratar cualquier problema de aprendizaje, así como técnicas, lúdicas y divertidas que le permitirán a su hijo, aprender de una forma divertida y segura.
Bibliografía: