Actividades como caminar, comer, comunicarse e interactuar con los demás, son manifestaciones individuales, cotidianas y exteriorizadas por el niño de manera “espontánea”, las cuales, si analizamos a fondo, contribuyen al establecimiento de procesos cognitivos que fortalecerán su desarrollo de manera integral y que permitirán que el niño se ubique dentro de su realidad inmediata de manera activa.
Lo anterior es manifestado y adquirido por el niño, generalmente mediante situaciones lúdicas en las que su evolución está condicionada por el contexto social en el que se desenvuelve y éstas a su vez, le permitirán la consolidación de habilidades y destrezas que fortalecen su desarrollo. Es decir, todas las actividades que realiza el niño, en su mayoría, las aprende y las manifiesta mediante el juego, que le permite aprender y desarrollarse en diferentes áreas (motriz, cognitiva, social etc.).
Por medio del juego el niño fortifica sus músculos (cuando se arrastra, salta, patea, marcha, etc.), lo cual coadyuva en el mejoramiento de su condición física; asimismo, en forma progresiva desarrolla habilidades de interacción social, tales como: compartir, cooperar, convivir, manifestar sus ideas, preferencias o simplemente expresar y defender sus puntos de vista, lo que manifiesta mediante el lenguaje (que en gran medida es estimulado mediante el juego).
Por ello, es importante que los padres de familia jueguen con los niños, tomando en cuenta que, aunque en los primeros años de vida, el juego es espontáneo y libre, éste se puede dirigir de manera estratégica para alcanzar el desarrollo del lenguaje, siempre y cuando el juego se dé a partir de los intereses del niño, sin presiones y estimulando su imaginación y creatividad para propiciar la respuesta por parte de ellos.
De esta manera, al concebir el juego como una estrategia de comunicación e interacción, se estimulará el conocimiento del pequeño y sus habilidades para entablar un diálogo con las personas que lo rodean, y lo llevará a crear nuevas formas para responder a su entorno.
Se recomienda que para llevar a cabo lo anterior, se establezcan medios organizados utilizando materiales llamativos para los niños y que de preferencia, esos sean seleccionados por ellos mismos para dar seguimiento al juego.
Es importante destacar que, a mayor estimulación de los sentidos del niño mediante el juego, mayores serán los beneficios y, por ende, más significativas serán sus respuestas y avances al respecto, por lo que se recomienda tomar en cuenta materiales con colores atractivos (visual), juegos que incluyan el uso de música para el ritmo y la fluidez (auditivo), deben ser materiales que puedan ser manipulados por los niños (kinestésico).
Así pues, no debemos perder de vista que el juego, al ser utilizado como una estrategia para la estimulación del lenguaje, tiene que estar acompañada de quienes la aplicarán, por ello recomendamos ampliamente que juegue con sus hijos, estimule su interés, conocimiento, creatividad, expresión e interacción con el entorno. No olvide que en CAPI, contamos con especialistas que pueden apoyarle en el seguimiento y aplicación de éstos y muchos otros juegos que servirán como base para el desarrollo del habla de su hijo, lo cual, permitirá estimular la consolidación de aprendizajes benéficos para su desarrollo.
Licenciada en Pedagogía con título otorgado por la Universidad Nacional Autónoma de México. Es Licenciada en Pedagogía en el área de Psicopedagogía por la Universidad Autónoma de México (UNAM). Pasante de la Maestría en Pedagogía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Terapeuta de Lenguaje y aprendizaje con 12 años de experiencia, actualmente trabajando como Terapeuta de Lenguaje y Aprendizaje Individual y en la Secretaría de Educación P´blica (SEP).