Muchos niños con retrasos de lenguaje tienen problemas orales motores, lo cual impide que su comunicación sea correcta; lo que afecta también otras áreas del desarrollo. El niño con retraso de lenguaje puede presentar dificultad para utilizar y coordinar los labios, la lengua y la mandíbula para producir los sonidos del lenguaje. Este aspecto puede ser el único afectado, sin embargo, los problemas orales motores podrían estar afectando otras áreas como: la alimentación del niño y el proceso de masticación o de deglución. Otra causa del retraso de lenguaje puede deberse en gran parte a un problema global.
Por este motivo, cuando a un padre le preocupa el lenguaje de su hijo, debe llevarlo con un audiólogo para que evalúe y descarte un problema auditivo. Un niño con disminución auditiva puede tener problemas para pronunciar, así como para entender, imitar y utilizar el lenguaje.
Si usted o su pediatra sospechan que su hijo tiene un problema de lenguaje, es decisivo que sea valorado por un especialista de lenguaje o lo valore de alguna otra manera a la brevedad. Si al realizar la evaluación resulta que su hijo no tiene ningún problema de lenguaje, el resultado de la evaluación le permitirá reducir la angustia.
El especialista de lenguaje analizará al pequeño teniendo en cuenta su desarrollo general y los factores externos que pudiesen estar alterando su desarrollo del lenguaje.
Durante la evaluación, se observa y se analiza, por ejemplo, cuál es su medio de comunicación, a través de la aplicación de una serie de pruebas que proporcionan datos de importancia, los cuales indican si el lenguaje se encuentra en lo esperado para su edad.
Si el especialista de lenguaje considera que su hijo necesita iniciar un programa de terapia de lenguaje, su participación es indispensable para un pronóstico favorable; el terapista le enseñará una serie de ejercicios que le permitirán mejorar las habilidades comunicativas de su hijo.