Originada dentro de la filosofía budista alrededor del siglo V a. C., la meditación fue traída a occidente por Kabat-Zinn el cual, creó para el dolor crónico un programa de reducción del estrés basado en la atención plena que con el tiempo se pudo implementar en otras áreas de la salud general y mental.
La definición operacional de mindfulness como una cualidad mental, menciona: «La conciencia que surja al prestar atención a propósito en el momento presente y sin juzgar el desarrollo de la experiencia momento a momento«. Existen tres componentes fundamentales: la intención (motivación para prestar atención); la atención (como proceso cognitivo); y la actitud (cualidad emocional con el que uno imbuye la atención).
Al tener un origen en la meditación, comparte un enfoque común en el entrenamiento de la autorregulación de la atención y la conciencia, mejora así el control de los procesos mentales, y en consecuencia busca aumentar el bienestar.
Uno de los principales factores que produce y mantiene el sufrimiento mental (como ansiedad, depresión, estrés) es la relación que los individuos han aprendido a establecer con su experiencia interna, en donde existe una tendencia a dejarse superar y dominar por pensamientos que surgen en la profundidad de sus mentes y que se dispersan hasta que ya no se pueden controlar.
Durante la meditación ocurre lo mismo pero tomamos conciencia de ello, continuamente estamos inmersos en un flujo ininterrumpido de pensamientos que vienen independiente de nuestra voluntad, es decir, uno después de otro en una sucesión muy rápida.
En los procesos psicopatológicos aparece la automatización de nuestros procesos cognitivos y emocionales, aparece la catástrofe en pensamientos, recuerdos, emociones y reacciones conductuales y fisiológicas que son más fuertes que el deseo de controlarlas.
El mindfulness funciona en el sentido opuesto. Los procesos de descentramiento y la desidentificación son el fin mismo de la terapia. El desapego y la no identificación con lo que consideramos real es la base de su abordaje. Las técnicas de meditación basadas en mindfulness funcionan al favorecer una actitud de dejar ir en relación a los propios pensamientos.
En conclusión, hay herramientas que pueden beneficiar nuestra salud mental, mismas que a su vez nos ayudan a fortalecer la psique como las funciones cognitivas: atención, memoria, juicio de realidad y conciencia.