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La pandemia que inició hace un año como causa del coronavirus ha tenido un impacto sumamente importante en diferentes sentidos:
Más allá de los aspectos negativos de la crisis inminente que significará la pandemia, es necesario reflexionar acerca de los cambios que esta nos traerá en las industrias y en la manera en la que consumimos.
Una de las causas más frecuentes de la ansiedad en la población es el aspecto económico, en este sentido, la contemplación y la creación de arte se han convertido en alternativas de gran importancia.
La forma en la que nos relacionamos también ha sufrido transformaciones muy importantes, el confinamiento nos ha obligado a probar y a inventar maneras de estar cerca de las personas que nos importan. En este sentido, también el arte se vuelve un lenguaje común que permite a las personas que se sientan conectadas al contemplar una obra de arte, escuchar una canción o ver una película. n el arte se vuelve un tido tambiinventar maneras de estar cerca de las personas que nos importan. En este sentido tambi
El arte es y ha sido siempre una manifestación invaluable y transparente de los momentos históricos que marcan a las sociedades. Este momento no es la excepción.
Sin afán de reiterar, lo emocional es un aspecto fundamental de la pandemia.
La sintomatología de depresión y de ansiedad se ha hecho más presente que nunca, y eso ha generado consecuencias de ida y de vuelta que complejizan lo que ocurre en el cerebro ante la posibilidad de contagio.
Por un lado, sabemos la relación que existe entre el sistema inmunológico y las emociones de malestar, por lo que hoy más que nunca especialistas de la salud mental, instituciones, familias y personas en general, estamos en la búsqueda de alternativas que nos permitan hacer frente a los estados psicológicos que se han ocasionado con la pandemia.
En este sentido, el arte ha sido fundamental pues las personas han generado obras de gran valor que al ser analizadas nos permiten conocer mucho del mundo interno y de cómo va siendo simbolizado lo que ocurre a nivel mundial.
Es en este apartado en el que hacemos el mayor énfasis porque por un lado los efectos terapéuticos de hacer arte son muchos (expresión emocional, catarsis, resignificación, reencuadre) pero también porque la producción artística durante la pandemia ha tomado rumbos interesantísimos.
De acuerdo con artículos e investigaciones muy recientes de diferentes instituciones muy importantes incluyendo la UNESCO, el arte ha tenido un papel protagónico en esta etapa.
Diferentes iniciativas internacionales han surgido de manera prolífera para brindar un reporte muy fidedigno del sentir de las personas ante esta pandemia.
Fotografía, ilustración, escultura, pintura y música, han sido las manifestaciones predilectas para poder mostrar y compartir lo que la pandemia y la contingencia, han hecho en nuestras mentes, en nuestros corazones y nuestras vidas.
Un aspecto muy particular es que a diferencia de otros momentos, hoy el arte es fácilmente consumible, pues diferentes propuestas y colectivos han surgido, y se han dado a conocer gracias a internet, las plataformas y las redes sociales.
Obras de arte que integran los cubrebocas, las figuras de las personas en encierro, las figuras heroicas (el personal médico) llenan las cuentas de Instagram y las páginas con la temática de arte y pandemia. No sólo eso, también hay mensajes llenos de esperanza en algunas de estas fotografías y cuadros: la gente también está haciendo contacto con lo más profundo gracias a la adversidad, la soledad y el silencio, y este fenómeno psicosocial está lleno de belleza.
Es posible y necesario observar en las producciones artísticas y culturales toda la gama emocional sin clasificación ni moral: enojo, dolor, frustración, esperanza y alegría, se muestran y se expresan todo el tiempo de diferentes maneras. jula y como como terapia sino tambi humano se imponen: la sensibilidad, la fnos) de esta epidemia, lo cierto es que los altos v
A manera de conclusión es muy recomendable que aprendamos a observar todos los matices que trae consigo este momento de nuestras vidas. Muy a pesar de lo inesperado (por decir lo menos) de esta epidemia, lo cierto es que los altos valores de lo humano se imponen: la sensibilidad, la fe, el sentido de comunidad y la estética.
El arte no sólo nos sirve como terapia sino también como brújula y como mapa para comprender los procesos humanos de una manera mucho más completa.
Una recomendación desde la terapia del arte es que las personas, niños, adolescentes, adultos y familias puedan tener en sus casas y a la mano materiales simples con los cuales puedan crear y que sirvan como medio de expresión inmediata para dar lugar y sentido a la cascada de emociones que puede traer consigo este momento de confinamiento que continúa.
Psicóloga, apacitadora y docente, especialista en atención a la violencia infantil y juvenil. Con maestría en terapia familiar y posgrado en terapia de pareja por el Instituto de la Familia, actualmente estudiando diplomado en psicoterapia de arte. Con 15 años de experiencia en el área de salud emocional y fortalecimiento institucional en organizaciones de la asistencia privada.
