El término adicción está relacionado al consumo de sustancias que producen una necesidad fisiológica, sin embargo, desde hace ya algún tiempo algunos autores investigadores en psicología han hablado de “adicción a internet” como el uso patológico del mismo que se caracteriza por la pérdida de control en conductas que tienen como resultado el aislamiento y el descuido de las relaciones sociales, las actividades académicas, las actividades recreativas, de la salud y de la higiene personal.
Se sabe que los adolescentes se sienten especialmente atraídos por internet debido a sus características de desarrollo.
Internet facilita la vida diaria de los adolescentes ya que algunos necesitan sentirse estimulados mediante situaciones que pueden ser positivas como ser aceptados o valorados, aumentar la destreza en los juegos y generar sentimiento de igualdad y ocupación de horas libre. Sin embargo, estas situaciones pueden llenar un vacío cuando se trata de adolescentes con un déficit en habilidades sociales fuera de las redes sociales.
El hecho de que esta actividad sea tan fascinante para los jóvenes resulta en periodos de intensa actividad online (siempre conectados y comprobando si tienen notificaciones nuevas). Para los adolescentes (y muchas veces también para algunos adultos) resulta complicado ejercer un autocontrol en el tiempo y la intensidad con que se conectan, el uso excesivo de internet puede provocar: descuido de las rutinas diarias (colegio, amigos, obligaciones), efectos negativos por el uso excesivo (alteración del sueño, ansiedad si no puede conectarse), dificultad para disminuir su uso, incluso si reconocen el impacto negativo, etc.
Muchas veces, el adolescente puede tener necesidad de conocimientos, vivencias y experiencias fuera de la vida online, sin embargo, debido a sus deficientes habilidades sociales se siente decepcionado, acosado o excluido, y por lo tanto “atrapado”.
Asimismo, el uso indebido de redes sociales pone en riesgo la integridad del adolescente. En encuestas sobre el uso de redes sociales se encontró que el 63% de los adolescentes encuestados se contactó con extraños a través de la red, el 9.3% percibió esta experiencia como dañina. De los menores que habían contactado con extraños online, un 45.7% habían quedado cara a cara con alguien que conocieron previamente por Internet (esto supone un 28.4% del total de la muestra).
Ahora bien, los padres se ven con frecuencia en serios conflictos con sus hijos adolescentes al intentar controlar o restringir el uso de internet, y es que no solo se trata de educar a los jóvenes para hacer frente a los riesgos y que así no lleguen a experimentar riesgos, sino además será necesario también fortalecer herramientas sociales y personales que los hagan disfrutar las experiencias sociales. Por otro lado, es común que esta práctica cubra una necesidad o un vacío personal, aunque muchas veces el joven no sepa que lo padece.
Como padres, maestros y adultos es nuestro deber informar de los riesgos del uso inadecuado de internet y si es necesario proveer al adolescente de un espacio de autoconocimiento en el que pueda expresar sus necesidades. En CAPI contamos con un grupo de psicólogos especializados en adolescencia preparados para acompañar al adolescente en cada uno de los retos que estos tiempos modernos le confronta.