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Más allá de la trillada y malinterpretada «zona de confort», hay en las personas la tendencia buscar y mantener su seguridad y tranquilidad, pues la tranquilidad y el confort también son necesarios para vivir, ya que la inestabilidad y el movimiento constante enferman inevitablemente. Por lo que es importante considerar darnos un espacio para nosotros mismos, encontrar nuestras respuestas y alcanzar una tranquilidad. Y una vía efectiva es la psicoterapia.
Esto quiere decir que no existen cosas, personas, situaciones o circunstancias que duren para siempre, todos los fenómenos son impermanentes, están en constante cambio.
Por ejemplo, nuestros hijos forman parte de la impermanencia de la vida, pues tienen su ciclo vital y no podrán ser niños toda su vida, algún día se irán de casa y harán su propia vida; y la mejor manera de ayudarlos es soltar ese control en ellos y permitir que tengan su propio camino. De esta manera nos permitimos disfrutar del crecimiento de nuestros hijos y ellos nos lo agradecerán.
Otro ejemplo es un matrimonio que resulta difícil mantener, pues las personas cambiamos y por tanto, la relación cambia, o una familia puede atravesar por la dolorosa muerte de un ser querido y en consecuencia, cambiar su dinámica, su rutina, sus hábitos e incluso los planes importantes a futuro.
¿Por qué si es parte natural de la vida, nos es tan complicado decir «sí» al cambio?
Un cambio implica perder seguridad, genera incertidumbre y ansiedad; pero el no querer perder y resistirnos a lo inevitable de la vida contamina nuestro propio disfrute. Los celos, control por la situacion o del otro, control sobre el trabajo, control sobre la familia, etc., son ejemplos que no ayudan al disfrute y que suelen esclavizarnos, más que darnos un verdadero bien-estar.
¿Qué opciones hay para alcanzar ese bien-estar?
Heraclio decía: «No es posible poner los pies en el mismo río».
La vida misma fluye y es importante fluir con ella a partir de la ACEPTACIÓN. Aceptar que la vida y su contenido es transitorio, tener la consciencia de que las cosas tienen un fin.
No siempre es sencillo, pero nunca estamos solos. Desde la familia hasta la psicoterapia son herramientas y medios para alcanzar esa aceptación que tanta falta nos hace para poder alcanzar ese disfrute del día a día, y transmitir y contagiar a los demás de esa energía positiva.
No es imposible. La psicoterapia sigue dando excelentes resultados para las personas que buscan esa tranquilidad y aceptación de las circunstancias que no están en sus manos. Sólo es cuestión de atreverse a decir sí, pues es el paso que hace falta para vivir plenamente, vivir en Bien-estar.
