La ansiedad es un problema en el cual una persona a menudo está preocupada o deseosa respecto a muchas cosas y le parece difícil controlarse, sus causas pueden ser diversas.
Por otra parte, el estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso. El estrés es la reacción del cuerpo a un desafío o demanda. En pequeños episodios, el estrés puede ser positivo, como cuando le ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite. Pero cuando el estrés dura mucho tiempo, puede dañar la salud.
Podríamos decir que el domingo es solo un día más de la semana, pero para muchos es un día sumamente terrible. Esto se debe a un síndrome, como un conjunto de síntomas que poseen cierta identidad, aunque no se conozca una causa única y cierta. El síndrome del domingo es un malestar “inexplicable” en el que puede haber ansiedad, depresión, inestabilidad emocional y melancolía.
Uno de los elementos más frecuentes identificados con el síndrome de domingo es la duda de lo que sucederá, es decir: ¿Qué sucederá mañana? ¿Cómo lo resolveré? ¿Podré hacerlo? ¿La solución será a mi favor? Todo ello hace que el estrés, la ansiedad y la depresión se presenten, se piensa en todo y en nada, por lo que afecta también a nivel corporal.
Al término de la semana se espera que llegue el sábado y el domingo para poder olvidar el estrés, disfrutar de la vida. Sin embargo, varias ocasiones las expectativas que tenemos para el fin de semana no se cumplen y cuando llega la tarde del domingo tenemos una sensación de vacío, y de no haber aprovechado nuestro tiempo libre.
Por lo regular, las actividades que se tienen en la semana impiden que podamos descansar. El ritmo delirante de la semana evita que tengamos tiempo para profundizar sobre lo que pasa con nosotros mismos: duelos, ansiedad, estrés, etc. El domingo permite que las personas se enfrenten a sí mismas. Todos los temores y cuestionamientos que han estado solapados durante la semana por otras cuestiones, reaparecen en este momento.
No solamente las personas adultas experimentan estos síntomas, también les ocurre a niños y adolescentes. Sienten ansiedad y con ella vienen los problemas somáticos como gastritis, colitis, migrañas; y la angustia se acompaña de excesiva irritabilidad. Diferentes expertos llaman a esto fobia escolar, que padecen muy especialmente aquellos niños que sufren acoso escolar y por lo mismo, estos síntomas que se producen durante el domingo pueden ser un aviso para develar los casos de acoso.
Sin embargo, esa fobia escolar también la padecen niños que no tienen ninguna razón aparente para desarrollarla, porque los síntomas están más relacionados con el rechazo a la idea de dejar el hogar y separarse de la familia, que con problemas específicos en la escuela.
Es importante reconocer esos síntomas y pedir apoyo, para darse la oportunidad de saber que no están solos, ni como adultos ni como hijos; y que ambos pueden recibir ayuda con el fin de alcanzar un bienestar emocional.
En CAPI ponemos a su disposición diversas especialidades para el apoyo en terapias infantiles, adolescentes y para adultos, incluso contamos con capacitación y recomendaciones para maestros y escuelas.
Friedrich Nietzsche