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Quise comenzar con este pensamiento que encontré, ya que ahora compartiré con ustedes algo que he aprendido a lo largo de estos años en mi práctica profesional, lo que todas las parejas que llegan al consultorio quieren saber: ¿cómo le hacemos para mantener el amor?
A lo largo de la historia sobre el amor, han existido un sinfín de mitos al respectos de lo que es, del cómo tiene que ser, de sus características fantásticas. El amor es sacrificio, el amor todo lo puede y todo lo vence, el amor a primera vista es único y es el más “mágico”. Pero no es así, en realidad el amor se construye cada día y no es sino hasta después de que pasa el enamoramiento, cuando en realidad comienza todo. Cuando comenzamos a ver al otro como es en realidad y nosotros comenzamos a ser realmente nosotros.
El amor que perdura es el amor maduro, para llegar a él es necesario que la pareja camine junta paso a paso viendo hacia una misma dirección, que tengan un proyecto en conjunto, pero también en lo individual, que compartan los mismos valores y un fuerte compromiso que va mucho más allá de sentir maripositas en el estómago y de poner la responsabilidad en el otro de nuestra felicidad, el clásico: tú me tienes que hacer feliz. Es más, se recomienda siempre que uno no se debe de casar enamorado, sino más bien amando. Porque el amor es acción.
El poder construir un amor maduro es un trabajo de día a día, es una decisión que se tiene que tomar cada mañana, es poder vencer el egoísmo, el orgullo, el control, el miedo y nuestros propios fantasmas, porque son los que nos llevan a la indiferencia, al egocentrismo, al resentimiento y violencia, que son los elementos que destruyen y acaban con el amor.
Pero, ¿cuáles son los aspectos que debemos de trabajar para que el amor no se acabe sino, al contrario, se mantenga y madure con el tiempo para que tengamos una vida en pareja plena?
La primera es generar una comunicación efectiva y afectiva. ¿A qué me refiero con esto?, que la pareja debe tener la capacidad de identificar y expresar sus sentimientos, tanto los positivos como los negativos. Pero también tienen que tener habilidad de la escucha, de validar lo que el otro está diciendo y ser empáticos. Es importante aclarar que tanto el hablar, como el escuchar debe de ser de manera responsable, no insultando, ni mucho menos victimizando, ni culpando al otro por lo que estamos sintiendo.
2.- Compartan tiempo juntos. Es importante que compartan actividades juntos, que les gusten a ambos, pero también pueden hacer cosas que a uno de los dos les guste. Es importante aprender a disfrutar de lo que a mi pareja le gusta, aunque a mí no. Pero así como deben de compartir tiempo, también es muy importante hacer cosas sin la pareja, sí, en serio, para mantener el amor en la pareja, también es necesario que cada uno tenga su espacio y se respete.
Es normal que al inicio de la relación, en la fase del enamoramiento, se quiera estar todo el tiempo con la pareja, no separarse nunca, pero también es normal que cuando esta etapa termina se quiera tener espacios sin la pareja, es algo muy sano ya que se enriquece la comunicación, te enriquece como persona, traes temas nuevos de conversación, creces y alcanzas tu metas personales y no sientes que la relación te limita o te estanca, lo cual hace que de manera personal te sientas realizada y, por lo tanto, feliz, lo cual llevarás a tu relación de pareja.
3.- Nunca olvidar que “tú eres tú y yo soy yo”. Es aceptar las diferencias del otro, no quererlo cambiar a como me gustaría que fuera. El respeto al otro es un pilar del amor. Es aceptar su virtudes y defectos y que al final eso es lo que construye a la persona que elegiste para amar.
4.- Aprendan a negociar. Ni tú impones tu voluntad, ni tu pareja. Tú o tu pareja no siempre deben de tener la razón. Una buena negociación es cuando ambos salen ganando y ambos se sienten tranquilos, escuchados y validados, donde la negociación no implica sacrificio o renuncia de alguno de los miembros de la pareja, que por lo general, casi siempre es el mismo el que cede. Las decisiones importantes tomadas en conjunto siempre son las más acertadas.
5.- Aprendan a pedir perdón y a perdonarse. Uno de los factores que hacen que el amor se acabe es el resentimiento, el cual endurece al corazón y saca lo peor de cada uno de las personas como la indiferencia, las ganas de venganza, el egocentrismo, la envidia. Y una gran virtud es el poder aceptar que nos equivocamos y nuestros actos lastiman a la persona que más nos importa, la humildad y la reparación siempre comienza con un perdón.
6.- Nunca perder los gestos de ternura. La vida actual, la evolución de la pareja en ocasiones nos hace dejar de lado estas pequeñas grandes demostraciones de afecto que marcan la diferencia. La piel es nuestro segundo cerebro, dicen los neurólogos. Por esa razón, las caricias y el contacto físico son tan importantes en una pareja. La piel alberga receptores que ante la ternura, los besos, las relaciones sexuales, los abrazos, hace que se produzca oxitocina que es la hormona el apego, y que es el apego es lo que nos hace sentirnos unidos a alguien, de aquí la importancia de nunca perder estas demostraciones de amor.
Para mantener el amor en una relación de pareja hay que amar con el corazón abierto y con los ojos aún más abiertos; el amor se construye.
Estudió en la Facultad de Psicología de la UNAM, la Maestría en Psicoterapia de pareja y familia en el Instituto de Terapia Familiar CENCALLI, certificación nivel II en Psicoterapia asistida por equinos, avalado por EAGALA, cuenta con Diplomados en: Trastornos de la Alimentación (cursado en Monte Fénix), Enfermedades Psicosomáticas (en Circulo Psicoanalítico), Nutrición Biodirigida y Homeopatía (ambos avalados por la Escuela Latinoamericana de Educación en Salud Integrativa), Psicoterapia con enfoque psicoanalítico en pareja (avalado por APM), especialización en terapia de pareja (IFAC). Cursando actualmente un Diplomado en las diferentes configuraciones familiares en el Instituto de Psicoanálisis de Pareja y Familia.
Tiene experiencia laboral de 16 años como psicoterapeuta. Laboró 5 años en AVALON Centro de atención para la mujer, como psicoterapeuta de cuidado continuo, realizando pláticas a padres de familia y psicoterapia grupal. Posteriormente trabajó en Máxima Perfección, por un año, como psicoterapeuta en el tratamiento multidisciplinario de la obesidad. Y tiene 10 años de experiencia como psicoterapeuta de pareja y familia en el Centro de Atención Psicológica Integral, CAPI
