De esos placeres, uno de los más disfrutables es el de la sexualidad.
La sexualidad humana ha sido motivo de múltiples estudios a lo largo de la historia de los tiempos, pretexto e inspiración para obras de todo tipo de arte y sí, también causa tanto intrínseca como indirecta de sufrimiento en personas y parejas.
En cuestiones de pareja, los aspectos sexuales son de fundamental importancia por dos razones principales: la primera es que la vida sexual en una relación actúa como una especia de “bálsamo” que permite enfrentar de mejor manera las dificultades inevitables que conlleva el diario vivir, simple, ¿no?
Al tener relaciones sexuales satisfactorias y orgasmos, las personas segregamos sustancias de bienestar que mejoran nuestra salud física: nuestro sistema inmunológico se beneficia enormemente, aumenta nuestra energía y se disminuyen los dolores musculares y migrañas.
Por supuesto, nuestro ánimo se ve afectado positiva y considerablemente: se disminuye el estrés, se previene la depresión leve y moderada, y aumenta nuestra capacidad de respuesta.
La segunda de las razones por las que la vida sexual es un tema de gran trascendencia, es que esta funciona como una especia de “termómetro” para conocer dinámicas de la pareja en diferentes aspectos. Por ejemplo:
Este es uno de los temas más importantes cuando hablamos de sexualidad. Pues para poder expresar al otro lo que necesitamos, lo que nos gusta y cuánto y cómo nos gusta, es necesario contar con las habilidades comunicacionales necesarias que favorezcan la comunicación efectiva y asertiva. Una pareja que sabe comunicarse es una pareja sexualmente satisfecha.
No sólo de placer físico se trata el contacto sexual. Cuando en una pareja existe confianza y hay un involucramiento afectivo adecuado, las relaciones sexuales favorecen el vínculo y el apego entre los miembros de la misma. El sexo trasciende a la parte puramente física y se vuelve un medio perfecto para transmitir afecto y conectar emocionalmente con la otra persona.
Se refiere a la capacidad que tiene la pareja para poder organizarse y dar prioridad a sus asuntos de pareja aun cuando existan las complicaciones de lo cotidiano, tales como los horarios de trabajo, las tareas en el hogar o incluso la llegada de los hijos.
El poder lograr una vida sexual satisfactoria pone en juego la capacidad creativa de la pareja: evitar la monotonía y divertirse, es también de gran importancia.
Posiblemente algunos de estos datos ya los habíamos escuchado o los conocíamos, pero, ¿tenemos una vida sexual plena? Del uno al diez, ¿qué tan satisfechos estamos con la manera en la que ejercemos nuestra sexualidad?
Nuesta época es un momento histórico y privilegiado en cuanto al acceso a la información y en estímulos. No obstante, es carente en cuanto a tiempo y condiciones idóneas para hacer autoreflexión y tener autoconocimiento.
Por todo lo anterior, en esta ocasión estas líneas son una invitación para que hagamos un alto y pensemos en cómo nos encontramos en esta área de nuestras vidas, y en caso de que algo nos impida sentirnos plenos y cómodos, busquemos alternativas y recordemos que siempre SIEMPRE existe una solución.
La sexualidad es uno de los aspectos que podemos mejorar con la ayuda y el acompañamiento de un profesional, y también por medio de un proceso de terapia de pareja.
En CAPI contamos con un equipo de especialistas que día con día están trabajando por ofrecer los mejores servicios y aumentar la calidad de vida de personas, parejas y de familias.
Psicóloga, apacitadora y docente, especialista en atención a la violencia infantil y juvenil. Con maestría en terapia familiar y posgrado en terapia de pareja por el Instituto de la Familia, actualmente estudiando diplomado en psicoterapia de arte. Con 15 años de experiencia en el área de salud emocional y fortalecimiento institucional en organizaciones de la asistencia privada.