Es en ese momento cuando deciden en la mayoría de los casos acudir a terapia de pareja pues ya aparecieron los cuatro jinetes del apocalipsis: (ataque y retraimiento, desprecio y distanciamiento) según los llama el terapeuta Gottman.
¿Qué sucede con aquellas parejas que llegan a terapia cargando en sus espaldas los cuatro jinetes del apocalipsis, además de una ineficaz comunicación y un distanciamiento en la intimidad? Definitivamente se vuelve más difícil restablecer la comunicación, quitar las barreras, disminuir el dolor y romper con aquellos patrones reiterativos que mantienen el conflicto, pues en ambos existe una experiencia profunda y reiterada de enojo y dolor, lo que llega a construir un conflicto crónico en donde la pareja observa la situación como imposible de resolver. En casos como éste se trabaja con mayor profundidad, escuchando detenidamente la historia que los ha llevado a tomar posiciones poco benéficas para la relación, entendiendo la forma como van dibujando su mapa del amor y retroalimentando sus pautas de interacción disfuncionales. En ocasionas logra vislumbrarse la separación de la pareja, el truene del lazo amoroso, y se utiliza en ocasiones la terapia como una herramienta positiva para llevar a cabo la separación en el mejor de los términos.
Erróneamente pocas veces se menciona el tema de prevenir conflictos crónicos o crisis que quiebran la relación, es poco frecuente que en nuestra cultura mexicana se lleve a cabo la palabra prevención, sobre todo en temas de salud; regularmente esperamos hasta que la olla exprés reviente para ocuparnos y actuar en favor de la solución.
situaciones que no logran resolver posiblemente por una disimilitud en sus creencias, diferentes formas de pensar acerca de la educación de los hijos, cambios de residencia o trabajo, creencias relacionadas con aspectos sexuales, o simplemente tratan de encontrar un espacio neutro en donde puedan charlar de manera un poco más objetiva acera de las diferencias; a estas parejas que previenen posibles fracturas o problemas crónicos les será más sencillo a travesar por un tratamiento terapéutico pues notablemente cuentan aún con muchos más recursos que les facilitarán el recorrido del diálogo, la escucha, la comprensión, la comunicación asertiva y la empatía, ya que aún no se encuentran inmersos en una relación donde el enojo y el dolor los invitan a poner distancia, a rechazar, despreciar o atacar al otro.
La terapia de pareja como un acto preventivo puede ser muy benéfica en diversos niveles, por ejemplo:
En mi experiencia como terapeuta de pareja no es necesario estar verdaderamente lastimado, enojado, frustrado para comenzar un proceso terapéutico, recuerda que mientras más pasa el tiempo, más se van acumulando experiencias de dolor que en ocasiones son muy difíciles de superar. Te invito a pensar de manera preventiva, poner acuerdos, límites claros, reglas que les ayuden a establecer la forma como desean construir su relación de pareja, tener objetivos y metas logrando desarrollarlos en un espacio neutro, donde el diálogo se crea sobre la base de las posibilidades y la empatía.
La terapia como un acto preventivo nos ayuda a evitar futuras separaciones, recuerda que si existen temas que están siendo difíciles de tratar, si notas que la comunicación está siendo ineficaz, posiblemente sea momento de acudir con un especialista que ayude a dar un vuelco positivo a la relación. En mi experiencia la terapia preventiva puede llegar a ser muy breve en ocasiones de 2 a 10 sesiones aproximadamente, pues la pareja llega aún con muchos recursos, sobre todo con la disponibilidad de cambio, aun no se encuentran atrapados por los cuatro jinetes del apocalipsis lo que permite la comunicación y la escucha. No lo pienses tanto y aventúrate a vivir una nueva experiencia, recuerda que la prevención en cualquier situación relacionada con salud siempre será benéfica en muchos sentidos. Recuerda que tu salud emocional también es importante y la terapia de pareja nos puede ayudar a darle mantenimiento a la relación.