El estudio pone sobre la mesa la gran diferencia existente entre las personas que son capaces de satisfacer sus relaciones personales con las que viven en extrema soledad. Las personas mayores que viven acompañadas o que tienen vínculos sociales satisfactorios ya sea con familiares o amigos, desarrollan una mejor capacidad de recuperación para sobrellevar las adversidades y gestionar las tensiones del día a día.
Las personas mayores que viven en absoluta soledad tienen un sueño irregular, presión arterial más alta, están más estresados, más depresivos y con una sensación general de falta de bienestar, lo que corrobora que salud y soledad están más ligados de lo que a priori pueda parecer. Sentir que se preocupan por nosotros y tener a personas de las que preocuparnos crea una conexión íntima que va más allá de la pura relación social: afecta a nuestra salud.
En el espacio clínico es muy común escuchar motivos de consulta como: “Me siento solo”, “Hace tiempo que no convivo con mis familiares y amigos”, “Aún estando rodeado de gente, no me siento bien”, etc.
El sentimiento de vacío o de soledad no es solamente característico en las personas de mayor edad, en la época posmoderna en la que vivimos es una constante y, por ello y porque ya se toma como algo común o cotidiano, a veces se deja de prestarle la atención e importancia real al tema.
Adicionalmente, también son muchos los casos en donde las personas, al preguntarles cuál es o cuáles son los motivos o las causas para sentirse solos, refieren no saberlos. Lo que hace más complejo y más desesperanzador el sentimiento que en ellos habita.
Cuando hay una decisión consciente para estar solo, cuando es el individuo quien asume y busca una soledad, ya sea temporal o más duradera, el panorama es diferente, ya que la soledad puede ser buena aliada en momentos donde se busca generar ideas creativas o, simplemente, adquirir un panorama distinto sobre alguna vivencia en particular.
Un proceso psicoterapéutico, al profundizar en la problemática del sentimiento de soledad, puede ser una opción muy útil para quienes la toman, ya que ayuda a develar los motivos (muchos de ellos inconscientes) por los cuales las personas caen en este estado y, además, a entender qué otros eventos significativos (algunos de ellos, reprimidos u olvidados), también están jugando y generando el síntoma.