Las personas deben manejar dos tipos de problemas inherentes a cualquier matrimonio: los solucionables y los que se arrastran perpetuamente. Según Gottman, de esto se deducen dos de los siete principios que él propone para mantener una matrimonio satisfactorio y evitar el divorcio: resolver rápidamente los conflictos de fácil solución y superar aquéllos que son insalvables. El reto que tiene la pareja en este aspecto, es el poder identificar qué tipo de conflicto están teniendo para saber cómo abordarlo y así no gastar energía en discusiones o diferencias que no llevaran a nada y enfocarse a la solución desde el inicio. En este rubro si una pareja tiene más conflictos de tipo insalvables, la convivencia se vuelve más difícil, ya que este tipo de conflictos requiere más un trabajo de perdón, de soltar y seguir, lo cual es difícil de hacer.
Otra razón son los mapas afectivos, esto quiere decir, las emociones predominantes en el matrimonio. Uno piensa que el peor sentimiento es la ira, pero en realidad no los es, según Gottman, no es la emoción más destructiva en el matrimonio pues existe en parejas felices y en las que no lo son. Según él, lo más indicado para mantener a raya los sentimientos dañinos, como la crítica, el desprecio y estar siempre a la defensiva es construir «mapas afectivos positivos» y esto es a través de la expresión del cariño, la admiración, la preocupación, de aceptación y atención al otro. Y que la comunicación no solo se convierta en reproches, señalamientos, crítica, desvaloración, etc. Estas demostraciones de afecto no tienen que ser expresiones extraordinarias, sino más bien en lo cotidiano. Estos mapas consisten en 20 preguntas que cada persona debe responder en relación a su cónyuge: sueños y miedos, el nombre de sus mejores amigos, las últimas películas vistas, etc. Si la mitad o más de las respuestas son acertadas, es un matrimonio con posibilidades de perdurar. «Demuestra que cada uno tiene bien almacenada la información relevante de su pareja», sostiene Gottman. El último y el más importante tiene que ver con el tipo de matrimonio que es. Esta razón se refiere a la forma que cada uno de los miembros de la pareja enfrentan las dificultades o las crisis, así como sus posibles combinaciones.
Las parejas de los dos primeros grupos se declaran satisfechas con su vida matrimonial, mientras que los últimos estarían insatisfechas, pero por una serie de razones como el temor a estar solo, la dependencia mutua, los hijos o sus ideales de familia, prefieren permanecer viviendo juntos. En las parejas se pueden producir varias combinaciones. Por ejemplo, si uno de ellos es muy crítico y el otro muy sensible, probablemente se instaure la dinámica de crítica/defensividad, la cual es muy frecuente en los matrimonios. Suelen ser las mujeres las más propensas a criticar, y los hombres a defenderse, especialmente entre los 30 y los 40 años. En tanto que la indiferencia es más utilizada por los hombres, lo cual se relaciona con el bloqueo afectivo que sufren algunos debido a la educación recibida, en la que se fomenta suprimir las emociones para no mostrarse vulnerables ni débiles. Lo importante de este último punto poder identificar el tipo de matrimonio que se está construyendo, el rol que se tiene, para entonces poder cambiar las actitudes y la forma de enfrentar los conflictos de una manera más sana.
Recuerde que los buenos matrimonios implican dar y recibir. Y que los integrantes están en el mismo equipo y necesitan trabajar juntos por el bien de su relación.