A cuántos de nosotros no nos encantaría tener una guía práctica, un instructivo o bien, una receta paso a paso de cómo educar a nuestros hijos.
Anteriormente, se mencionaba que a los padres nunca se les enseñó cómo educar, por lo que, como casi único método era utilizar lo que habían aprendido de sus propios padres y aplicar las mismas estrategias con las que fueron educados, o bien, aplicar la estrategia completamente opuesta.
Actualmente se cuenta con una gama muy variada de opciones para lograr el conocimiento acerca de cómo ser padres, esto lo podemos ver en libros, programas televisivos, en internet o en la radio, con terapeutas, especialistas en educación, escuela para padres, clínicas e instituciones comprometidas en la labor de informar, re-educar y apoyar a padres de familia.
Por lo anterior, es necesario acercarse a cualquiera de estas opciones para evolucionar como individuos, familia y sociedad. Mientras tanto, me gustaría brindar algunos principios básicos que parten de una filosofía de respeto y empatía al momento de educar.
En un principio, hay que preguntarse, como familia, cuál es la filosofía cómo padres en cuanto a valores y principios morales; por otro lado, como complemento a esta filosofía, habrá que conocer cuáles son las metas como padres.
Nos podemos basar en las siguientes tres reglas que nos ayuden a encaminar las metas en congruencia con la filosofía que se tiene como familia.
Finalmente es importante empatizar con los hijos, esto significa, acercarnos un poco al niño o niña que alguna vez fuimos y que aún llevamos dentro, ya que de esta manera, daremos explicaciones, reforzamientos, oportunidades e invitaciones para pensar y ser responsables, en vez de únicamente indicar lo que deben hacer.
De la misma manera, si como padres, llegan a existir dudas o confusiones, no hay que dudar en acudir a otras fuentes, tratando siempre que sean confiables y profesionales. Estas fuentes pueden ser artículos, radio, internet, centros de apoyo especializados, terapia familiar, terapia individual o infantil.