La etapa culmina cuando el niño reconoce el límite que le pone su padre, se da cuenta de que mamá es la pareja de papá, y que él podrá encontrar a otra mujer como pareja cuando sea mayor, de esta manera, se forma una identificación con el rol sexual a asumir y se idealiza la posibilidad de formar una pareja en el futuro.
El nombre viene de la tragedia griega Edipo de Tebas, personaje que, sin saberlo, asesina a su padre Layo y se casa con su madre Yocasta.
El mismo proceso sucede con las niñas, que parecen idolatrar a su padre y tener rivalidad con la madre; en ocasiones, se habla de complejo de Electra, que hace referencia a la historia mitológica de una mujer que venga la muerte de su padre, sin embargo, en términos técnicos es correcto referir complejo de Edipo para ambos casos.
Además de esta preferencia por el padre del sexo opuesto, podemos identificar esta etapa en los niños cuando se muestran celosos ante las muestras de cariño entre sus padres o cuando dicen frases como “Cuando sea grande me voy a casar contigo mamá”, “Yo soy la novia de mi papá”, “Quiero que me vista mi mamá, no tú”, etc.
Distinguir las muestras de cariño: Los abrazos y los besos deben ser distintos para los hijos y para la pareja, por ejemplo, dar besos en la boca a los niños es algo que los confunde y los pone en riesgo de futuros abusos.
Dar su lugar al conyugue: En muchas ocasiones, la paternidad es tan absorbente que se deja de lado la vida en pareja; en esta etapa, es especialmente importante ser un modelo de cariño y apoyo entre la pareja, de esta manera el niño tomará su lugar dentro de la familia de manera más relajada.
Definir un espacio para cada miembro de la familia: Muchas veces, tras la ausencia del padre, las madres promueven que sus hijos duerman con ellas, esto puede confundir a los niños y hacerlos sentir molestos o celosos, cuando la pareja regresa a tomar su lugar en el lecho conyugal.
En caso de separación o crisis entre los padres: Es muy común que cuando la pareja tiene problemas en esta etapa, el niño se sienta culpable por sus deseos hostiles, y se crea el provocador de los problemas entre los adultos.
Si uno de los padres está ausente: En caso de familias monoparentales, la identificación se puede dar por medio de las figuras suplentes: algún abuelo, tío o maestro, quien muchas veces es visualizado por el niño como sustito de la figura paterna o materna.
Recodemos que la importancia de los padres son sus funciones, en las familias homoparentales, se dividen las funciones maternas y paternas, por lo que no tendría que afectar a la identificación sexual.