Dependiendo el tipo de relación la comunicación tendrá determinadas características, objetivos y funciones; por lo tanto, al hablar de la comunicación en las relaciones de pareja podemos destacar que uno de sus objetivos primordiales es el compartir nuestra intimidad con el otro y así establecer un fuerte lazo de unión.
Al inicio de las relaciones el proceso de intercambiar con el otro parece ser muy fácil, pues existe una disposición de ambas partes para escuchar, expresar, y minimizar las diferencias; sin embargo, a medida que el tiempo y la relación comienzan su danzar es frecuente que se presenten tres errores importantes:
Como podemos ver, la comunicación es un proceso complejo, ha sido estudiado desde diferentes disciplinas. Una de las grandes aportaciones ha surgido de los trabajos realizados por Paul Watzlawick, Janet Beavin y Don D. Jackson en 1967, los cuales postularon la “teoría de la comunicación humana”. Dicha teoría resultó revolucionaria pues postulaba 5 axiomas que en resumidas palabras, establecían que es imposible no comunicar pues todo comportamiento es comunicación ya que este proceso incluye un plano verbal y otro que incluye los gestos, tonos y lo no verbal. Algo importante que mencionan es que las palabras y la relación que existe entre los participantes de la comunicación, continuamente están retroalimentándose a partir de la percepción de cada uno.
Debido a los anterior es que ante la diferencia, los procesos de comunicación en la pareja pueden volverse tan complicados y nada comprensibles, pues cada uno de los miembros de la relación emite los mensajes esperando que el otro lo entienda y lo lleve a la práctica, por otro lado el receptor para interpretar y “entender” lo que le dicen, se basa en lo que percibe tanto verbal como no verbal en el otro, combinándolo con su marco de referencia, el cual incluye experiencias previas, conocimientos, cultura, educación, etc., lo que puede generar un mensaje distinto al que le fue enviado.
Ante estas situaciones, las parejas responden a veces empeñándose más en generar argumentos para que su pareja “los entienda”, en otras ocasiones, prefieren no tocar esos temas en los que no se pueden poner de acuerdo, algunos optan por solo escuchar y no decir su opinión para evitar conflictos; sin embargo, a pesar de las buenas intenciones detrás de estas alternativas la realidad es que ninguna de ellas ayuda a que se genere comprensión, empatía y procesos de negociación en la relación sino por el contrario genera peleas, distanciamientos, enojos y cuentas pendientes.
Pensando en lo anterior cuando las parejas hablan de que no existen comunicación entre ellas, entendemos que eso no es posible, pues aunque los espacios para el diálogo sean limitados o conflictivos, en la interacción cotidiana los silencios y gestos se encargan de transmitir al otro la tristeza, enojo o decepción de esa situación que viven.
¿Qué hacer?
En caso de no lograr acuerdos, es muy recomendable buscar la ayuda de un profesional antes de que la situación salga de proporción.