En tu mente revolotean todo tipo de ideas, quejas, lamentos…Y es en ese momento de comparación donde se reviven todas las heridas que en el pasado tuviste y que aún persisten y te lastiman. Múltiples imágenes de descrédito y desamor se reaparecen en tu vida actual conduciéndote a una enorme sensación de frustración.
“El otro sí y yo no”… ¿Qué haces al tener estos pensamientos? Magnificas las circunstancias al enfocarte en ellas en toda ocasión en la que posas tu mirada con más atención en el otro que en ti mismo. Date cuenta que en este esquema sólo te mantendrás en el sufrimiento y la envidia. Generarás extremas reacciones en todo tu cuerpo e intensas consecuencias en todas tus relaciones.
¿Aún requieres esto en tu vida? ¿Te es grato vivir así y ahí? Quizá tu respuesta con cierto sesgo de molestia sea: ¡No! Y también es probable que hayas intentado salir de la situación pero no lo has logrado pues nadie te ha indicado el camino de salida. Éste es más fácil de lo que piensas: ¡Cambia el lugar de tu enfoque! Haz estado observando fuera de ti: “en el pasto del vecino”. Es tiempo de mirar tu propio pasto, de regresar la mirada a ti! Deja de quejarte, compararte y empieza a observarte a ti! Pero… ¿cómo?
Seguramente día a día te levantas corriendo por todo el acelere de la vida cotidiana, sin embargo, sólo te pido 3 minutos de tu ajetreada agenda para comenzar: la próxima vez que suene tu despertador, aún en tu cama, estira tu cuerpo, exhala y deja que tus pulmones se llenen a su tiempo, agradece 5 cosas de ti, de tu vida, de tu día, de la noche que pasaste. Toma un espejo y encuéntrate con tu mirada, no para juzgar las lagañas, ojeras, arrugas o canas sino para encontrarte contigo. Mira tu mirada, sí, obsérvate, apréciate, entra en contacto contigo, entra profundamente en tu naturaleza y verdad, en tu belleza y tus secretos, en tu propio amor…
Repite a diario este ejercicio y con el tiempo te darás cuenta que te puedes alegrar de tu propio pasto, sea cual sea la forma en la que por el momento está. Cultiva tu pasto y en el momento en que puedas darte esa atención a ti mismo y reconocerte, llegarás al clímax de la gratitud. Quizá recordarás algunas lágrimas de desencanto pero en este momento, en este presente se transformarán en hermosas perlas de gratitud y alegría por el enorme regalo de reconocerte a ti mismo, en tu singularidad, en tu peculiaridad, en tu unicidad. Y te darás cuenta que es muy fácil sonreír a cada instante. Agradecerás la oportunidad de tener un latir en tu pecho, que se acompasa con tu ciclo de respiración, y la sonrisa que brota de tus labios proveniente de esta oportunidad de experiencia que tienes HOY, sólo este presente; no tenemos la seguridad de estar el día de mañana pero en este instante, sí.
Si sientes que tus días y noches transcurren entre la envidia, el sufrimiento y que son una constante en tu vida, y tienes la intención de salir de ello, ven a CAPI, agenda una cita y date la oportunidad de cambiar tu llanto en una sonrisa de gratitud.
Con profundo respeto y honra a tus aprendizajes; aquí te espero.
Psicóloga Clínica egresada de la Facultad de Psicología de la UNAM. Titulada con mención honorífica, cursó un diplomado en Tanatología por el INMEXTAC. Tiene una especialidad en terapia psicocorporal por el Centro Yollocalli; así como experiencia en el abordaje de adicciones, trastornos de alimentación, depresión y codependencia en Avalon. Ha trabajado en investigaciones dentro del IMSS, el tema de violencia intrafamiliar y de pareja. Ha realizado acompañamiento institucional y privado con un equipo interdisciplinario con médicos psiquiatras, psicoanalistas y terapeutas de otras corrientes. Cursó además un seminario de pareja bajo un enfoque psicoanalítico. A la fecha se encuentra en estudios para la aplicación de técnicas de meditación para distintas afecciones o padecimientos.
Actualmente realiza talleres, da cursos y conferencias con diversos temas para estudiantes, padres de familia o personas que se encuentran en el desarrollo y equilibrio de sí mismos. Es especialista en la Clínica de Atención Psicológica Integral, CAPI.