Llegamos a CAPI con la incertidumbre de recibir la ayuda necesaria y creidos de que nuestro hijo era un niño con grandes problemas de conducta, pero gracias al gran equipo que tienen, mi hijo pudo y pudimos superar esta etapa y ver que es un niño normal, activo y travieso como cualquiera. Él aprendió a expresar sus sentimientos y a relacionarse con sus compañeros de escuela mucho mejor. A todos como familia los consejos y sugerencias recibidos también nos ayudó. Aún tenemos cosas por trabajar, pero gracias a ustedes vamos por buen camino