Agradezco infinitamente a mi terapeuta. Aclaró todas mis dudas y principalmente aprendí a controlar mis emociones, me hizo ver la realidad de las cosas, aprendí que nunca debemos de estar tristes, que somos dueños de lo que sentimos y lo que hacemos, que la felicidad depende de nosotros y que para ser felices vivamos de los mejores recuerdos y que te des la oportunidad de ver en qué cuerpo y mente vives. Tienes mejores cosas de las que piensas