Llegué a CAPI bajo situaciones complicadas de estrés y desconcierto, que no lograba afrontar sola en ese momento; a través del acompañamiento que tuve en CAPI durante 2 años y medio, hoy me siento mucho más fuerte y capaz de afrontar las dificultades del día a día, a la vez de disfrutar de muchas otras de alegría y paz mental.