La terapia que yo tomé en CAPI me súper ayudo, el lugar es muy agradable y la terapeuta que me atendió siempre fue muy clara en el proceso. Tuvimos, además de la plática, algunos ejercicios y tips que me ayudaron a controlar mi problema de ansiedad y sentó bases para que, aún cuando ya me dieron de alta, pueda enfrentar alguna situación de crisis si esta se llega a presentar. La clave de todo es la constancia, no haya que dejar de venir a la terapia.