Durante bastante tiempo me sentí deprimido, muchas veces pensaba en querer desaparecer o morirme al día siguiente, aunque al principio la idea de venir a CAPI no me entusiasmaba mucho, sin duda fue lo mejor que pude haber hecho, gracias a las sesiones y a la empatía que tuve con la señorita que me atendió, pude sentirme mejor y ganar entusiasmo para hacer lo que más me gusta, ojalá pudiera volver algún día y mostrarle mis logros y progresos, me gustaría que publicaran mi testimonio por si alguien llega a sentirse realmente mal y no está seguro de venir aquí.