Para otros, el significado de esta vivencia es distinta y depende de otros factores que le dan otro matiz a esta experiencia como el ver la calidad de la relación con quienes compartimos el tiempo durante este confinamiento, el nivel de conciencia, la actitud que tomamos frente a esta crisis, los recursos internos con los que contamos para afrontar esta situación, etcétera.
En este texto se nos dan una serie de puntos para hacer un examen de conciencia y afrontar la situación desde distinta óptica.
Estamos viviendo una crisis mundial de cambios en todas las esferas de nuestra vida: en lo laboral, en lo afectivo, en la forma de relacionarnos, pérdida de nuestras rutinas y la libertad.
Estamos atravesando un duelo mundial por la muerte y pérdida de ese viejo mundo que conocíamos y también por todos los planes, proyectos y sueños que se derrumbaron por la pandemia.
Nos espera un nuevo mundo al salir de este confinamiento.
Las reacciones normales ante una pérdida son tristeza, dolor, ira, culpa, entre otras..
Es muy importante poder identificar estas emociones, abrazarlas, sentirlas, expresarlas y no suprimirlas.
Este es el momento adecuado para acercarnos con nuestros amigos y familiares más cercanos y desahogarnos con ellos o también podemos utilizar recursos plásticos y plasmar en lienzos y hojas nuestras emociones y sentimientos derivados de esta vivencia emocional.
Otra emoción muy agudizada en estos momentos es el miedo al contagio de nosotros y de nuestros seres queridos, es importante saber manejar esta emoción, mantener la calma y la serenidad en la medida de lo posible a través de la meditación y la psicoterapia.
El trabajo y control de la mente es fundamental en esta crisis, poder soltar el control, confiar en la vida y tolerar la incertidumbre son grandes desafíos a enfrentar en esta pandemia.
Fortalecer nuestra mente a través de la práctica diaria de afirmaciones, pensamientos positivos, evitar la sobreinformación de malas noticias es fundamental para que no se incremente el estrés en nuestra vida.
El texto menciona la importancia de la actitud que tomemos en situaciones difíciles y esto depende de la capacidad de resiliencia que hayamos construido a lo largo de nuestra vida.
La actitud derrotista es de las formas más negativas que podemos adoptar en nuestra vida, nos lleva a hundirnos, abandonarnos, dejar de persistir y rendirnos. Lleva a ver la vida de forma pesimista y provoca estados depresivos.
La actitud derrotista está asociada con el mecanismo de defensa: la negación, que nos lleva a evadir la situación. El costo por mantener este autoengaño es vivir desconectados de nosotros mismos, del mundo y de los demás.
La actitud más constructiva es la confrontadora que nos hace tomar como dicen “al toro por los cuernos», enfrentar los problemas y no dejar de avanzar, pase lo que pase.
El camino del guerrero, de los yoguis que practican titiksha significa ser fuerte ante la adversidad.
Podemos aprender mucho de las sabidurías milenarias que encontramos en la filosofía oriental, occidental y en la literatura sobre estas formas de afrontamiento constructivas y resilientes.
Hay investigación sólida sobre los efectos benéficos producidos en las personas por la práctica de la meditación y el mindfulness en el cerebro.
Mantener la atención consciente y el enfoque en la respiración permiten desactivar la activación fisiológica producida por el estrés y la tensión.
Las técnicas de respiración y la concentración de la mente son técnicas que producen estados mentales de calma, gozo y disminuyen el ritmo cardiaco, lo que produce una respiración más lenta y profunda.
En estos momentos, la meditación o el mindfulness son una gran herramienta para enfocarnos en el presente y llegar a estados profundos de nuestro propio ser donde radican el amor, la paz, la fortaleza y el gozo interno.
Mantener nuestras rutinas de ejercicio es, hoy, más importante que nunca. Tenemos una gama de variedad y opciones en redes sociales e internet en general, en donde se ofrecen clases de baile, yoga y fitness de forma gratuita.
Mantener el cuerpo en movimiento, libre de ansiedad y estrés mediante el ejercicio son un tónico para una mente en paz y en calma.
Nuestro cuerpo es el templo donde habita nuestra alma y el vehículo que usamos a lo largo de esta experiencia llamada vida para vivir experiencias, crecer, seguir evolucionando y transformándonos.
Cuidarlo es nuestra responsabilidad.
El texto menciona un ejercicio llamado el mapa del tesoro:
La autoestima es la base más importante que tenemos en la vida, es la evaluación de nosotros mismos y la seguridad de sentirnos capaces para enfrentar los retos y adversidades que la vida nos presente.
Para los que están viviendo el confinamiento a solas, puede ser una experiencia sumamente dura y confrontativa con uno mismo.
Nos enfrenta con uno de los miedos más temidos: el miedo a la soledad, convivir día a día con nuestros propios pensamientos, sentimientos y emociones, es decir, vernos a nosotros mismos.
Podemos tomar esta experiencia como una valiosa oportunidad de construir una relación con nosotros, de comenzar a escucharnos, de conocernos, de mirar hacia adentro.
Para los que están conviviendo juntos, implica mirar el vínculo de pareja: el “nosotros», replantear cómo está la relación, e terminan de tomar decisiones respecto a si continuar con la pareja o separarse.
La vida nos está regalando esta pausa, este espacio, este tiempo para hacer un reset, para reencontrarnos con nosotros mismos, hacer un examen de conciencia y hacer cambios en nuestra vida.
En esta situación, he escuchado testimonios de madres felices por contar con más tiempo de calidad con sus hijos, comer juntos y fortalecer los vínculos familiares.
También hay padres que no soportan la situación de casa, ser los maestros de sus hijos, ser padres, la nana, sumado al homeoffice, las cosas se complican y tienen mucho más trabajo que antes.
Una aspecto importante para ayudar a los niños a sobrellevar esta pandemia es que tengan figuras parentales contenedoras y cálidas que permitan amortiguar sus expresiones emocionales y sentirse seguros.
Es un gran reto para los padres manejar su propia angustia y la de sus hijos, ser el modelo de resiliencia en sus hijos en estos tiempos inciertos.
Tomar conciencia y analizar todas las relaciones que tenemos más cercanas . Preguntarnos si verdaderamente son relaciones que nos suman, nos nutren, nos enriquecen o todo lo contrario: nos restan, nos quitan, son tóxicas y nocivas.
Aprovechar este confinamiento que nos obliga a estar separados físicamente puede ayudarnos a trabajar el distanciamiento emocional en las relaciones que no nos suman.
Es una gran oportunidad de replantear relaciones y limpiar de nuestra vida todo aquello que nos obstaculiza y frena en nuestro desarrollo y evolución.
Es de las actitudes más benéficas y constructivas que podemos mantener ante la vida. Agradecer que tenemos TIEMPO para nosotros, que esta situación nos ha abierto a explorar nuevos mundos, actividades no conocidas y diferentes, Agradecer que estamos construyendo un nuevo yo que se está expandiendo de nuevos conocimientos y oportunidades que no veíamos, y que, si lo deseamos, tenemos la oportunidad de empezar cambios y transformaciones en nuestra vida.
Despedirnos del viejo yo y del viejo mundo. Agradecer la oportunidad de construir el nuevo yo en este nuevo mundo que nos espera.