Acto seguido podrían pasar por tu cabeza estas preguntas: ¿Y ante eso qué se hace? ¿Tomar eso que llaman terapia? ¿Pero dónde y con quién? ¿De qué se trata? ¿Cómo se siente y que pasa al estar ahí con un desconocido? ¡¿Qué esperar de eso?!
Parece todo una complicación, ¿no?, pero pensémoslo de esta forma: que esa vocecita en ti haya traído consigo todas esas preguntas es un gran comienzo. Me refiero a que las interrogantes son como una llave, si tú la utilizas y la insertas correctamente puedes abrir una puerta, y por lo tanto, acceder a lo que hay detrás de ella: otros lugares, otros mundos. Las llaves representan las preguntas que nos hacemos, si estas preguntas las insertamos en el lugar y puerta precisa, es posible que nos revelen conocimiento y los más profundos secretos.
Así que déjame decirte que esa vocecita y las preguntas quizá te estén acercando a algo: a terapia.
Permíteme explicarte por qué lo digo y al mismo tiempo intentar responder un poco acerca de las dudas que podrían surgir en relación a su funcionamiento. Para ello, me gustaría hacer una equivalencia entre la terapia y el método socrático.
Como su nombre lo indica este método fue creado por el filósofo Sócrates, es un método que contiene muchas fases. Para llevarlo a cabo se requiere la intervención y acompañamiento de un interlocutor, el cual por medio del diálogo y el planteamiento de interrogantes profundas nos lleva a descubrir y sacar a la conciencia la verdad que está dormida en la mente; es un proceso intenso y en ocasiones doloroso, “como el parto”, solía decir Sócrates. Así es, este método lo comparaba con el arte de parir, de dar a luz, pero en lugar de traer al mundo a un ser, se da a luz al conocimiento, a un saber pero de uno mismo. Resulta interesante, ¿no?
Pues justamente hay muchas similitudes entre la terapia y el método socrático, solo que en el caso de la terapia el interlocutor es el terapeuta que interviene y te acompaña en ese descubrimiento.
Como puedes ver hasta ahora, el proceso terapéutico implica el camino a la introspección, a tu interior, a un espacio íntimo donde prevalece tu discurso y se crea silencio. Así es… silencio… un elemento que en la actualidad pareciera que ya no tiene lugar; debido a que vivimos inmersos en el ruido, bombardeados de lo tecnológico que de alguna manera y al mismo tiempo, nos entretiene y nos aleja y distrae de nosotros mismos.
Me gustaría compartirte una frase que me resulta sumamente interesante y que hace poco encontré en un artículo justamente a propósito del silencio; es una frase del filósofo Kierkegaard, que aunque situada en su época curiosamente se ajusta muy bien a nuestro contexto pandémico actual:
“El estado actual del mundo y de la vida en general es uno de enfermedad. Si yo fuera un doctor y me pidieran mi opinión les diría: «creen silencio»”. [1]
¡Silencio!… para escuchar, silencio para que emerja la propia voz, silencio para mirar aspectos de ti, silencio para comprender, silencio para crear…
Eso es el espacio terapéutico y CAPI, es un espacio de silencio donde se posibilita la comprensión, la significación y las implicaciones de la vida, tu vida.
Jaques Lacan es uno de los personajes más importantes para el psicoanálisis y la psicología. El 21 de septiembre del 74, la revista Panorama le realizó una entrevista, en la que le formuló esta pregunta:
¿Qué hace que una persona decida iniciar un tratamiento terapéutico?
A lo que él respondió que el humano sufre de no comprender, lo que lo empuja a iniciar un tratamiento es el miedo; miedo a estar enfermo sin estarlo realmente. [2]
Lo anterior se refiere a ese miedo que provoca la aparición de pensamientos extraños, locos, que en ocasiones pudiéramos hasta percibir como ilógicos y sin sentido, pero que al mismo tiempo parece que no se pueden controlar.
Ir a terapia implica ir poco a poco quitando los velos de esos pensamientos un tanto extraños, que no se alcanzan a comprender, de eso que no se ve a simple vista, pero que opera y tiene efectos en ti, de eso que es TU SABER NO SABIDO.
En CAPI te ofrecemos un espacio seguro para que lo descubras
[1] Martínez, Alejandro. Construir silencio: la cura para la enfermedad Moderna según Kierkegaard. Cultura inquieta.
[2] Krichman, Daniel. La dificultad de vivir, Jaques Lacan. Entrevista publicada por la revista Panorama (Roma). Red aprender y cambiar.