¿Cómo se atiende a un niño en psicoterapia?
La psicoterapia infantil generalmente se lleva a cabo por medio de juego, por lo que también es llamada psicoterapia de juego, se hace de esta manera porque el juego es el lenguaje natural del niño, por medio del cual expresará sus pensamientos y emociones.
Primero que nada, el especialista tendrá algunas sesiones con los padres de familia, lo cual servirá para recabar datos del motivo de consulta y de la historia de desarrollo del niño. Después, se tiene la primera cita con el niño. Algunos terapeutas tienen algunas sesiones de evaluación, luego de las cuales se da una retroalimentación a los padres y se les informa acerca de los métodos y objetivos de la intervención, aunque esto puede variar en cada especialista. En muchas ocasiones se incluye a los padres activamente en el tratamiento por medio de sesiones de orientación a padres, que los ayuden a marcar pautas de convivencia más sanas dentro del hogar.
Para los primeros psicoanalistas que trabajaron con niños, el juego es el equivalente al lenguaje en los adultos, una forma de acceder al inconsciente; de esta manera se mantiene con el niño una actitud abierta a la expresión de emociones y recuerdos por medio del juego.
Winnicott (1971), uno de los pioneros en la psicoterapia infantil, nos explica que las dos formas en que una persona puede presentar trastornos mentales son la neurosis y la psicosis. En la primera, la persona está enfocada únicamente a su mundo externo: ya sea deprimida pensando en las cosas que hubiera podido hacer, estresada por la opinión de los demás, excesivamente preocupada por lo que la sociedad espera de ella o ansiosa por sus planes futuros. En la psicosis, por el contrario, la persona sólo atiende a lo que pasa dentro de sí misma: sus pensamiento y emociones son tan fuertes que llegan a convertirse en delirios y alucinaciones, no muestra empatía por otras personas y tiene dificultad para comunicarse con sus semejantes. El juego, comenta el autor, es la única forma de desarrollar una zona intermedia que nos libera de estos dos extremos patológicos; por medio de este el niño reviste un objeto exterior (el juguete) con sus emociones y pensamientos y los comunica a alguien más por medio del lenguaje simbólico: mientras se juega a las muñecas, a las luchas o a los coches, lo que se está haciendo es comunicar y poner a prueba en el mundo exterior todo lo que puede pasar por la cabeza del niño.
El juego cuenta con poderes terapéuticos muy amplios, que van desde la regulación de emociones, hasta las habilidades sociales, pasando por el desarrollo motor y moral.
La ausencia del juego en un niño es patológica en sí misma: los niños muy perturbados emocionalmente o con graves trastornos del desarrollo suelen mostrarse incapacitados para jugar o para disfrutar del juego; es por eso que durante las primeras sesiones de psicoterapia se realiza una evaluación del juego del niño, identificando el nivel de conexión con la actividad, el grado de disfrute y la etapa del desarrollo a la que se refiere el tipo de juego preferido por el menor.
Al jugar, el niño tiene oportunidad de explorar emociones, roles, someter a prueba la realidad, liberar emociones; para elaborar así conflictos emocionales, mejorar síntomas de ansiedad o estrés por medio de la repetición de situaciones sociales complicadas para él. Durante el proceso, el terapeuta se encarga de incitar y acompañar el juego del niño, mostrando una actitud abierta, aceptante y neutral, a través del juego se observan las pautas de trabajo emocional y se van ofreciendo alternativas de expresión y cura.
Aunque en la mayoría de los casos la terapia con niños es más corta que con los adultos, es difícil determinar cuánto durará un tratamiento, sin embargo, la disposición del niño y sus padres al tratamiento, la madurez emocional, la etapa del desarrollo, el contexto familiar y la constancia en el proceso, son algunos de los elementos que marcan el ritmo de avance en la psicoterapia infantil.
Finalmente, la psicoterapia de juego no sólo es necesaria cuando el niño presenta un síntoma o dificultad específica, ya que trabajar la expresión emocional y el autoconocimiento por medio del juego en compañía de un especialista, es una excelente forma para desarrollar habilidades emocionales que actualmente están más relacionadas con el éxito académico y social que el mismo coeficiente intelectual.
REFERENCIAS:
Schaefer, C.E. (2012). Fundamentos de terapia de juego. México: Manual Moderno.
Winnicott, D. W. (1971) Juego y realidad, New York: Routledge.