Se ha hablado y escrito mucho acerca de cuáles son las principales problemáticas que ha traído consigo la situación no sólo de la pandemia (es decir, de salud pública, riesgo de contagio, etc.) sino también de la cuestión social, personal y psicológica.
Las consecuencias que trae consigo el aislamiento, la incertidumbre y la crisis económica son innegables y pueden ser apabullantes para la población conformada por niños, adolescentes y adultos.
Cómo es el caso de cualquier crisis, esta se conforma de dos componentes principales: por un lado como se lee, las crisis traen consigo emociones de malestar que pueden ser difíciles de gestionar y que como su nombre lo indica no son gratas en lo absoluto. Por otro lado además del sufrimiento y del dolor, surgen en el ser humano indicadores de resiliencia y estrategias de afrontamiento que quizá no habrían sido identificables de no haber sido justamente por un momento extremo.
Es de esos indicadores de fortaleza que se trata el presente texto pues es algo también muy mencionado que existen actividades que pueden ayudar a sobrellevar de una mejor manera la contingencia y el encierro.
Lo realmente imprescindible es mantenernos conectados con las personas que amamos y el gran número de ventajas que esto conlleva.
Existen técnicas y herramientas que pueden ser para las personas opciones de descarga y de elaboración psicológica, una de estas es el Diebriefing.
Ahora bien, una persona en cualquier lugar, únicamente con hojas de papel y lápiz, es capaz de plasmar: el sentimiento actual, lo que SÍ puede controlar, lo que a la larga se queda como aprendizaje.
Lo anterior, por simple y por práctico, puede llevarse a cabo en la situación que se amerite y la instrucción es sumamente simple: se trata de una actividad en la que se harán 7 dibujos o láminas:
Plasmar estas situaciones genera que se reduzcan significativamente los niveles de cortisol en la sangre, aumenta nuestra esperanza y nos esclarece los objetivos de trabajo personal favoreciendo el que se cumplan de manera efectiva.
Arte para sanar y para cuidarnos es una de las principales estrategias de afrontamiento ante la ansiedad.