Navidad y Año Nuevo son algunas de las fechas más emblemáticas.
Sin embargo, a lo largo del año en nuestra cultura mexicana existen otras fechas que convocan a las familias a reunirse y compartir.
Pero: ¿Por qué esas fechas cuya intención es compartir, disfrutar y demostrar afectos, se vuelven un punto de choque y no un punto de encuentro en las relaciones?, para comprenderlo es importante entender las siguientes cuestiones.
Lo primero es entender que esas fechas son costumbres familiares, es decir, modos habituales de obrar que por la repetición se establecen con gran fuerza y significado y que forman un elemento distintivo de una persona o familia, y que abonan a la identidad personal.
La identidad personal no se da en forma aislada, pues cada uno de nosotros posee una identidad social, la cual se entiende como la conciencia que cada persona tiene de sí mismo en cuanto a un sentido de pertenencia dentro de un grupo, su familia, sus amigos, sus compañeros, su pareja, su congregación, su comunidad o región, su nacionalidad.
Normalmente, ese sentido de pertenencia resulta satisfactorio para el individuo, pues desea permanecer en ese grupo en el que experimenta seguridad y bienestar emocional, con lo que valora esa identidad social.
Si pensamos la relación de pareja como el punto de confluencia de numerosas identidades: las de las familias, las parejas que le antecedieron, las propias identidades y la de la pareja en sí como vínculo, podemos dar respuesta a la pregunta inicial de por qué esas fechas para compartir se vuelven un tema de pelea, ya que lo que está en juego es la identidad de cada uno de los miembros de una relación, su relación con la familia de origen y el miedo a ser excluidos de ella.
Por lo tanto, es importante tener esto en mente en el momento de negociar las fechas, pues lo que para muchas parejas puede representar una manifestación de capricho o de no querer comprometerse en la relación, en el fondo es sólo la incertidumbre ante el cambio.
Pero, ¿cómo sobrevivir a esos eventos siempre existentes, alejados del temido conflicto?
Referencia:
Eguiluz.L. (2007). El baile de la pareja: Trabajo terapéutico con parejas. México: Pax.