A lo largo de mi carrera y preparación como profesional me he encontrado una gran variedad de teorías que te explican de manera compleja y casi imposibles de conseguir, lo que se requiere para llegar a la meta tan soñada y deseada por todos.
Al continuar con mi búsqueda para encontrar una respuesta, llegó a mis manos un libro que por fin medio lo que tanto estaba buscado, una explicación fácil de aplicar tanto a mi vida personal como a las personas que acuden a la consulta pidiendo ayuda para poder alcanzar una relación de pareja sana.
El autor de este libro, Will, da una propuesta sustentada en la combinación de dos teorías psicológicas, el psicoanálisis y la teoría de la comunicación humana, lo que da como resultado una maravillosa explicación, donde quedan claros los tres principios clave a considerar para poder establecer una buena relación de pareja en donde ambos se sientan felices.
Los tres principios que propone Will, son los siguientes:
El primero es el principio de separación: cuando uno empieza una relación existe la etapa del enamoramiento en donde como se dice coloquialmente “son una misma persona”, lo cual en un principio, es normal. Sin embargo, cuando este pensamiento y conducta se prolonga y se vuelve cada vez más inflexible comienzan los problemas. Entonces, Will siguiere que la pareja no tiene que olvidarse que además de formar una pareja también son personas individuales. Cuando se pierde de vista esto se dejan de alimentar las necesidades propias del individuo lo que genera una sensación de opresión y de pérdida de uno mismo; lo que da pie a los problemas con reclamaciones y/o conductas que no son más que intentos fallidos para poder lograr esta individuación que solo daña a la relación, ya que está sustentada por enojo y frustración. Por lo tanto, la pareja debe lograr tener una vida conyugal, pero dentro de esta vida compartida tienen que continuar distinguiéndose entre sí, y respetar los límites individuales entre ellos. Esto también incluye al exterior.
El segundo principio son los roles de regresión y recuperación de la infancia que se establecen en la pareja, en este principio Will menciona que ninguna relación humana se aproxima tanto como el matrimonio a la relación madre-hijo o padre-hija. Al casarse, se vuelve a entrar en una relación parecida a la de la familia de origen, pero ahora, evidentemente, en otra posición, no como niños, pero muchas veces tampoco como adultos maduros. La relación de pareja ofrece un sinfin de situaciones para poder regresar y recuperar la infancia, que ayudan de cierta manera a cerrar círculos para poder alcanzar la madurez deseada. En una relación saludable, ambos aprovechan la posibilidad de poder adoptar actitudes regresivas, siempre y cuando sean flexibles y que ambos tengan la posibilidad de hacerlo, un ejemplo es cuando una mujer llega por algún problema en el trabajo con un llanto profundo, su esposo puede colocarse en una posición como de su padre en donde le brinda la comprensión, el apoyo y el alivio que ella necesita, sin miedo por parte de él de poder mostrarse así. Al pasar el evento se vuelve a una relación de adultos, posteriormente, en cualquier otro evento si él llega enfermo a casa, su esposa puede ponerse en el papel de madre, cuidándolo en la enfermedad como si fuera su hijo, él, una vez que se ha aliviado, vuelve a la relación de iguales. Este mutuo proteger y ser protegido proporciona a ambos miembros de la pareja una gran satisfacción, eleva el sentido de sí mismo y eleva la motivación para formar la pareja. Por lo que todo ser humano tiene esta tendencia a la regresión, la diferencia entre lo sano y lo que no es sano, es que esta tendencia se establezca como su forma de vida o su forma de relacionarse.
El tercer y último principio es el de la igualdad de valor, en una relación de pareja cuando los dos integrantes de la misma se sienten valorados por igual, expresan sentimientos de felicidad. Con igualdad no solo nos referimos a igualdad de derechos en una relación social y la similitud de conductas y funciones, sino la igualdad de los miembros de la pareja en los sentimientos de la propia estimación, es decir, nunca existirá un dominante ni un dominado.
Es importante considerar que para poder lograr igualdad en la pareja debemos tomar en cuenta que el sentimiento de la propia estimación puede manifestarse por medio de diferentes atributos, como la inteligencia, la belleza, el poder adquisitivo, la sensibilidad. Por lo que cada persona debe conocer cuáles son sus habilidades que enriquecen a la relación y que las actividades que complementan las habilidades de su pareja son igual de valiosas e importantes.
Podemos lograr tener una mejor relación de pareja gracias al apoyo de psicólogos especialistas en el área de pareja y familia, que funcionan como una guía para tener un mejor acercamiento con nuestros seres queridos.
Bibliografía: