Robert Epstein, durante el 2015, publicó un estudio en el que se determinó que entre un 10 y un 20% de los matrimonios y parejas en Estados Unidos, no tienen sexo.
Primeramente, es importante analizar la historia sexual de la relación, pues existen parejas que desde sus inicios tuvieron pocos o nulos encuentros, y otras que a lo largo del tiempo han disminuido la frecuencia.
La falta de sexo puede relacionarse con múltiples razones: los encuentros dejaron de ser placenteros, existen problemas en la relación, cansancio, la rutina de los encuentros sexuales, perdida de interés, pérdida del vínculo emocional o la falta de deseo.
La falta de deseo por propiciar una relación sexual, es conocida como “deseo hipoactivo”. Hasta el momento se han realizado estudios que evidencian que entre el 22% y el 51% de la población femenina lo presentan.
El deseo hipoactivo, puede llegar a considerarse un trastorno cuando la falta de deseo se presenta de manera persistente por lo menos durante seis meses y sin que esto se relacione con una enfermedad o depresión. Es importante considerar la diversidad de tipos de deseo hipoactivo existentes:
Lo anterior puede resultar espeluznante, sin embargo, es importante no perder de vista, que la sexualidad es producto de la creación de las sociedad, por lo que existe una visión reducida y limitante del sexo, pues se traduce al coito, heterosexual, falocéntrico y a discursos sociales que exigen tener un cuerpo con ciertas características, frecuencias y prácticas. Un ejemplo de esto es la idea de que el sexo, de la forma en que nos lo han vendido, es fundamental y que sin él o bajo prácticas distintas a las “normales” no puede haber felicidad en una relación.
La clave para disfrutar la sexualidad en pareja, es la comunicación, pues el sexo como el resto de los elementos que conforman una relación de pareja, requiere trabajo, disciplina, constancia y tiempo.
En ocasiones el sexo es un tema que puede generar conflicto y sufrimiento, pues alguno de los dos puede atribuir la falta de sexo a múltiples ideas equivocadas y dolorosas; en ese momento es importante acudir con un especialista que permita encontrar las formas propias de placer de la pareja.