Últimamente las redes sociales han popularizado el hablar sobre las llamadas “relaciones tóxicas”, lo que ha generado a su vez gran cantidad de videos, blogs, podcast, etc., provenientes de las más diversas fuentes, incluso de influencers o personas que no tienen ninguna relación con el ámbito de la psicología (intrusismo profesional), pero que aun así dan consejos para identificar una “relación tóxica” o para salir de ella.
Incluso en internet se llegan a encontrar fácilmente supuestos “Test” para identificar si uno se encuentra en una relación tóxica o para conocer si nosotros mismos somos “personas tóxicas”. Cabe destacar que este tipo de cuestionarios no cuentan con ninguna validez ni confiabilidad e imposibilitan el poder llevar a cabo un diagnóstico psicológico genuino y ponen en riesgo a los usuarios al alejarlos de evaluaciones y tratamientos psicológicos profesionales. Además de ser un camino fácil para ser víctimas de la captación en pseudociencias y falsos tratamientos que pueden poner en riesgo la relación de pareja, la integridad psicológica de quienes la componen, así como su economía cuando pagan por cursos, retiros, libros y tratamientos ineficaces, generalmente impartidos por personas que no son profesionales de la salud mental.
Términos imprecisos y generales, propios del entendimiento popular pero no una clasificación psicológica real, han conllevado a que se banalicen las relaciones de violencia y que se malentiendan los problemas comunes a los que se enfrentan las parejas en su vida cotidiana, adjudicando etiquetas inadecuadas que terminan dañando más la relación e incluso revictimizando a personas que han vivido violencia en la pareja en los casos más graves.
Detrás de las llamadas “relaciones tóxicas” se pueden encontrar diversas problemáticas imposibles de generalizar, y aún más importante, imposibles de autodiagnosticar después de ver un video o cualquier material escrito o audiovisual que fácilmente se encuentra en internet.
Las relaciones de pareja son interacciones complejas basadas en acuerdos, comunicación, expectativas y la manera personal de compartir sentimientos, intimidad y proyectos de vida. Generalizaciones y comparaciones basadas en material sin fundamento, en vez de promover vínculos satisfactorios pueden jugar en contra al crear problemas donde no los hay o al ofrecer “soluciones” inadecuadas a la problemática o su gravedad.
Es de importancia fundamental que, si percibes incomodidad, discusiones, violencia física o verbal, o cualquier otro tipo de problemas en tu relación de pareja, acudas a profesionales de la psicología debidamente capacitados.
Dentro del espacio terapéutico podrás encontrar técnicas basadas en evidencia que te sirvan para mejorar la comunicación en la pareja, así como herramientas para poder identificar los diferentes tipos de violencia (física, psicológica, sexual, económica y patrimonial), que podrían llegar a presentarse en una relación de pareja. Así como conocer el riesgo y saber cómo proceder de acuerdo a cada caso en particular, siempre en un entorno de profesionalismo, respeto y ética.
En CAPI ponemos a tu disposición un equipo de profesionales enfocados al tratamiento psicológico en diferentes especialidades, dispuestos a acompañarte en el proceso de crear relaciones sanas y a propiciar la comunicación asertiva en las relaciones de pareja e interacciones familiares.