Tener que resguardarnos durante la pandemia llevó a las parejas a tener más tensiones y dificultades provocadas por cambiar todas sus rutinas y convivir en un espacio físico reducido.
El estrés constante y las preocupaciones llevaron a las personas a tener conflictos que se vieron reflejados no solo en la parte económica, sino también en sus relaciones, sobre todo en las relaciones de pareja. Pasar tanto tiempo juntos en cautiverio dio pie a convivir día a día con personas que se convirtieron en desconocidos. Además, el hecho de no reconocerse en cómo van siendo y estar relacionándose con una versión obsoleta de quien fueron pero ahora no son, los llevó a saturarse y enfrentarse a una realidad en donde se cuestionaron si debían continuar con la relación o no.
Salimos del amor
como de una catástrofe aérea
Habíamos perdido la ropa
los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
¿Era un año largo como un siglo
o un siglo corto como un día?
Por los muebles
por la casa
despojos rotos:
vasos fotos libros deshojados
Éramos los sobrevivientes
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
Y nos despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.
El año comienza y con ello emergen un mar de sobrevivientes de relaciones dolorosas, que viven en automático en un sin sentido, sin un para qué, solo sobreviviendo.
Tú que me lees y en ti existe un dejo de vacío, te comparto que no estás solo(a), y que al igual que tú muchos hemos sentido esa necesidad de hacer un cambio porque logramos identificar que algo no está bien: esa sensación de angustia, de inconformidad, de miedo, de displacer de que las cosas no marchan bien en nuestras relaciones de pareja, laborales y/o familiares, y que nos llevan a buscar cambios, cambios que nos conducen a buscar afuera qué hacer para sentirnos diferentes, para cambiar aun cuando no sabemos qué.
Hoy quiero invitarte a hacer una alto en tu vida, detenerte, guardar silencio y calmar tu mente antes de tomar cualquier decisión de separación; y reflexionar en los siguientes pasos:
PASO 1.- ACTUALÍZATE: date la oportunidad de conocer y reconocer la versión actual de tu pareja, lo que le gusta y le disgusta, sus deseos y pasiones. Observa en quién se está convirtiendo y procuren identificar si aún tienen objetivos en común.
PASO 2.- COMUNICACIÓN: comunica y escucha con la intención de propiciar un diálogo con tu pareja que te permita conocer el cómo mira e interpreta su mundo. Evita los monólogos.
PASO 3.- MANOS A LA OBRA: retomen las actividades propias de la relación y que, de esta manera, sean de verdad lo que pretenden ser. Procuren salir a compartir tiempo juntos y solos: irse, por ejemplo, a un café, pasear por un parque, sentarse en una plaza a conversar sobre su vínculo, a manifestarse sus expectativas, sus metas y cómo ven a su pareja ubicada dentro de estas.
Los seres humanos evolucionamos personalmente y con ello, los cambios personales que tenemos se transfieren a nuestras relaciones interpersonales. En las relaciones de pareja, cuando la comunicación es buena y abundante, cuando la expresión de las emociones es apropiada y tenemos la habilidad de negociar, poner límites y generar acuerdos, ocurre un intercambio de información y experiencias que genera el crecimiento y evolución de los dos.
Si leyendo esto, aún crees que necesitas un cambio, pero no logras identificar qué cambio es, te invito a visitarnos y a agendar una cita en un proceso terapéutico seguro, íntimo contigo y para ti, antes de tomar cualquier decisión
(1) Martínez, Jesús Miguel, (2006). Amores que duran y duran. Editorial Pax México.