Según Diaz-Loving y Sánchez Aragón la pareja comúnmente afronta las siguientes etapas, como son: conocido, amigo, atracción, pasión, romance, mantenimiento, compromiso, alejamiento, separación, desamor y extraño.
Las etapas de atracción, pasión y romance se ven reflejadas en la palabra enamoramiento. Es cuando se hace presente el otro fantaseado, el rebosamiento de cariño y atracción, la exaltación de las emociones, ¿quién no ha sentido ese cosquilleo en la panza, sudoración en las manos, taquicardia, pasión? ¿quién no ha vislumbrado al otro como casi perfecto, complementario a mis necesidades, deseos y sueños?
Es importante mencionar el enamoramiento para comprender las etapas de mantenimiento y compromiso, pues es en el enamoramiento donde se crea la relación, es vital para la unión de la pareja y se caracteriza al comienzo mayormente por la atracción física y sexual. No olvidemos otras de sus características como la sensación de fusión con el otro tanto corporal como emocional. Seguramente has escuchado frases como: “Encontré a mi media naranja” “Me complementa en todo perfectamente” “Es tan parecido a todo lo que soñé” y no es raro escuchar tales aseveraciones pues en el enamoramiento descubrimos una gran idealización de la persona amada y negación de los aspectos negativos de la pareja, lo que da por resultado una percepción diferente de la realidad.
Para que se dé el enamoramiento deben de existir ciertos procesos químicos, aparecen descargas eléctricas en nuestras neuronas y también se da la química del amor pues hormonas como la adrenalina y noradrenalina, y otras sustancias entran en juego comunicando entre sí a las células nerviosas dicha información, todo es impulso y oleaje químico del amor. Pero ese estado de “imbecilidad transitoria», en palabras de Ortega y Gasset, no se puede mantener bioquímicamente por mucho tiempo.
La idealización y ese estado de “imbecilidad transitoria” comienza a desaparecer, es cuando se vislumbra a la pareja en su estado real, aparecen los defectos y el desencuentro, pero a su vez puede ser momento de construir el amor y el compromiso, los cuales pueden cimentarse sobre bases firmes en la relación.
En el amor maduro existe espacio para el desencuentro y las diferencias, la pareja entiende que el otro es un ser único con ideas y emociones diversas, lo anterior da pie al diálogo, la escucha y la empatía. También se da la aceptación de la distancia, cada uno puede desempeñarse como individuo renunciando a la posesividad y al narcisismo, más no al compromiso con la pareja.
El mantenimiento y compromiso son fundamentales como etapas del amor maduro, la idealización, el deseo y la pasión ya no son los pilares de la relación. Te encuentras con el otro real y con sus defectos, a pesar de ello la pareja se transforma injertándose e instituyéndose en el tiempo y espacio, además de lograr una relación llena de significado, valoración y aceptación.
Diaz-Loving y Sánchez Aragón mencionan que “la etapa de mantenimiento transforma el diario convivir de la pareja en una relación a largo plazo. A su vez, es la base de la estabilidad y evaluación de la familia. Involucra franquear y resolver las incógnitas y problemáticas presentadas por el advenimiento de los hijos, el sustento económico y emocional, el envejecer juntos.”
Es en esta etapa donde la pareja dialoga y se logran acuerdos, existe el apoyo mutuo. No se busca al otro para cubrir las propias carencias, sino para compartir. Es el momento de forjar equilibrio y estabilidad, se reitera el compromiso con el otro y el deseo de mantener en óptimas condiciones la relación.
Regálate cinco minutos reflexiona y analiza en qué etapa de la relación te encuentras y hacia donde deseas construir con tu pareja. Si vislumbras que existen diversos conflictos que obstruyen llegar a este camino de mantenimiento y compromiso la terapia de pareja te puede ayudar a sortear diversas problemáticas como: querer cambiar al otro y moldearlo conforme a necesidades personales, falta de compromiso real con la relación, promesas falsas acompañadas de resistencia al cambio, competencia y poder, en vez de diálogo y empatía.
En CAPI contamos con psicólogos especializados que te pueden acompañar en este proceso de cambio, que ayudan a establecer una etapa positiva y constructiva en tu relación de pareja. Recuerda que el mantenimiento y el compromiso en cualquier relación es indispensable para una perdurable y amorosa relación de pareja.
Bibliografía