A menudo las personas entienden que la crisis es un momento de dolor y tristeza donde te encuentras en un proceso decisivo y que además debes sentir miedo o vergüenza. Realmente la palabra crisis proviene del griego Krisis con el significado de distinción, elección, decisión, resolución, separación. Así que analizando un poco estos significados podemos entender que a lo largo de nuestras vidas pasamos por estos procesos decisivos, “crisis”, que de manera natural y como parte de nuestro desarrollo enfrentamos heroicamente. Entonces, son momentos que nos construyen y que nos suman, son justamente gracias a estos procesos que crecemos y alcanzamos nuestros objetivos o nuestra evolución.
Cuando una pareja decide formarse como tal se enfrentan a una crisis, pues implica hacer cambios y adaptarse a la nueva etapa de su vida.
Para Frank Pittman, terapeuta familiar Estadunidense, el desarrollo es un estadio donde la existencia de las crisis es inevitable y la familia o pareja se adapta al cambio de la persona que se enfrenta a una nueva etapa y en respuesta natural, la familia va a resistirse evitando o castigando el cambio, por lo que van a enfrentarse a nuevos retos en los que sea necesario una ayuda terapéutica para alcanzar la evolución o la adaptación al cambio.
Pasa que algunas etapas o procesos han sido naturalizados y vistos como algo bueno, tal es el caso del matrimonio, cambio de casa, trabajo, la llegada o el crecimiento de los hijos, siendo también estos momentos cruciales donde hacemos lo que podemos con lo que tenemos y puede estar presente esa resistencia que se manifiesta en discusiones o conductas que son como una alerta, pero qué pasa cuando un evento nos supera o se nos sale completamente de control, como en caso de maltrato en todas sus tipologías, enfermedad, infidelidad o una adicción. Surge entonces la crisis como un grito de ayuda donde la pareja se ve obligada a reorganizarse.
Estos momentos son los indicados para iniciar un plan psicoterapéutico de pareja pues es el momento decisivo, el momento de acción, un proceso que exige ser dinámico; y tal vez muchos piensan que este plan te acercará a la decisión de una separación con tu pareja o que se intentará una reconciliación, pero más allá de eso se trata de tomar la crisis como un momento para realizar cambios que nos lleven a eso que hemos planteado como un sueño, plan de vida o como un simple deseo emergente que a través de técnicas profesionales nos lleven a la resolución de las cosas que hay que cambiar de manera asertiva.
Crecer y evolucionar implica un cambio o como a menudo lo llamo “es momento de un ajuste en la pareja ya sea para continuar o no, en ambas se requiere un cambio asertivo donde los involucrados se acerquen a su construcción”.