A menudo los niños son incapaces de expresar a sus padres lo que sienten, ya que ven en ellos preocupación y prefieren protegerlos.
Lo más importante es hacer responsable al niño de su cuerpo, ya que él es su dueño y por lo tanto, el único responsable de orinarse en la cama. Ayudo a vivenciar en el niño ese síntoma físico para que encuentre estrategias para manejar la situación y aprender a expresarse.
Se trabaja con los padres para que ellos se den cuenta que el niño no lo hace por molestarlos, ningún niño quiere mojar la cama, en realidad es la única forma que han encontrado para manejar alguna situación. Hay que trabajar sobre los sentimientos que genera dicha conducta en los padres y la gente que rodea a los niños; pues generalmente están envueltos en mucha pena, vergüenza, enojo, desesperación, frustración y consideran que algo han hecho mal. Por lo general, estos sentimientos tampoco son expresados abiertamente.
Es importante ayudar a que los niños expresen sus sentimientos, a que puedan decir lo que sienten a la personas indicadas y a que se den cuenta que el hacerse pipi es responsabilidad de ellos, por lo tanto, solo ellos podrán dejar de hacerlo.
No se debe premiar o castigar a los niños por esta conducta, ya que así solamente estaríamos reforzándola, tendremos que dejar que estos síntomas físicos desaparezcan en la medida que el niño pueda manejarlos. Una manera es cuando el niño se da cuenta de que amanece mojado, vivencia su cuerpo y empieza a hacer la conducta consciente, es decir, a manejar cómo se siente cada vez que moja la cama; es así como la conducta empezara a ceder.
Tenemos que aprender a escuchar a los niños por que cuando no se sienten escuchados, guardan sus sentimientos y al final, el cuerpo tiende a manifestar que algo está ocurriendo y que no puede manejarlo por su propia estructura.
En tal caso se les recomienda acudir a un especialista en psicoterapia infantil para que juntos puedan empezar a trabajar sobre la situación que está generando síntomas físicos.
Egresada de la Universidad Salesiana, realizó estudios en Psicología infantil, Desarrollo, Alternativas educativas y psicoterapia. Tiene una Especialidad en Psicoterapia Infantil en la Asociación Mexicana de Alternativas en Psicología.
Cursó un Diplomado en Formación Humanista por la Universidad Salesiana y un Diplomado en Terapia de Juego en AMAPSI.
Asimismo, realizó estudios en Capacitación Didáctica en Educación Preescolar por la SEP. Ha impartido Talleres de Psicología Infantil a docentes y padres de familia; así como talleres dirigidos a adolescentes y ha trabajado como Instructora de Estimulación Temprana.
Posee experiencia clínica en consultorio privado y actualmente, es Especialista en Terapia infantil y adolescente, en la Clínica de Atención Psicológica Integral, CAPI.