El vínculo que el niño establece con su figura de apego depende de la sensibilidad y capacidad de respuesta del adulto con respecto a las necesidades del bebé.
De esta calidad de la relación se formará un tipo de apego entre el niño y su figura de apego (madre, padre, etc.) que se reflejará en el éxito o dificultad que presente el menor durante su maduración y desarrollo en las áreas: cognitivo, social, motor, emocional, intelectual, de lenguaje y aprendizaje.
El tipo de apego que garantiza una buena salud mental y emocional es el apego seguro y refleja una buena relación, conexión, entre el niño y su figura de apego.
El apego es una relación profunda, recíproca, física y emocional, entre la madre y su hijo (a) que instala y establece todo tipo de relaciones íntimas y de confianza futura.
La capacidad de mentalizar es sentirnos amados, comprendidos y conectados por los demás. Es la sensación de ser visto, escuchado y atendido por alguien más.
Hay ocasiones que por muchas situaciones y razones, la madre o el padre no logran establecer una buen vínculo con sus hijos, por su propia infancia donde no tuvieron estos modelos en sus padres en los cuales poder identificarse, por falta de tiempo y responsabilidades laborales, déficits en las habilidades sociales, etc. Este es el momento ideal en el que se pueden acercar a un especialista para mejorar la comunicación y relación con sus hijos.
Afecto desinhibido (ansiedad y rabia) , exageración de afectos negativos, angustia o ansiedad de separación, dificultades en el lenguaje y lectoescritura, dificultades para relacionarse, dificultades para dormir, dificultades en la alimentación, conducta desafiante, dificultades para poner atención y dificultades para autorregularse, es importante que lo traigas con un especialista calificado que te pueda acompañar y orientar hacia el tratamiento adecuado para resolver estos síntomas.
La etapa de la infancia es un excelente momento para iniciar un tratamiento psicoterapéutico, pues los niños en esta etapa son muy flexibles, creativos y por su edad, poseen la plasticidad cerebral necesaria que les permite estar más abiertos al cambio y aprender fácilmente.
El tratamiento psicoterapéutico con niños involucra a los padres para que puedan ser guiados y orientados con estrategias eficaces para resolver las dificultades que se presentan en la crianza.
Identificar a tiempo las dificultades que presentan los hijos durante su infancia, resolverlas en el momento oportuno es prevenir y detener el crecimiento de estos problemas para que no deriven en un futuro (la adolescencia y adultez) en: trastornos de la personalidad, problemas de adicciones, violencia, conducta suicida, personas que se sienten confusas, vacías, que no entienden qué hay en su mente ni en la de los demás, el sentido de las cosas y su lugar en el mundo.