Sin embargo, en ocasiones los papás o cuidadores sin darse cuenta cometen algunos errores, que interfieren en dicho desarrollo lo dificultan o lo retrasan. Hablaré de los más comunes y cómo evitarlos.
Usar demasiados diminutivos. Aunque es indispensable utilizar un lenguaje simple y sencillo para los niños, no es tan conveniente utilizar para todo la terminación «ito» «ita», lo ideal será decir su nombre correctamente.
Hablarle sólo con palabras. A los niños debemos hablarles con frases u oraciones completas utilizando todas las partes de una oración, artículos, verbos, etc.
No mirarlo cuando le hablas. Cuando quiera mantener una conversación con su hijo, lo ideal es ponerse a su altura y verlo a los ojos y cara a cara, para que le preste atención y puede imitar sus movimientos al hablar.
Repetir las palabras que el ya utiliza mal e incorporarlas a su lenguaje. Por ejemplo decir «chopita» en lugar de «sopa» «gua- gua» en lugar de perro. Puede parecer tierno al principio pero después será más difícil corregirlo.
No dejar que terminen las frases u oraciones. En ocasiones los niños tardan o se traban al iniciar una conversación y por las prisas o por quererlos ayudar les terminamos la oración o se la adivinamos, lo correcto es dejar que ellos se expresen a su ritmo.
Utilizar sólo gestos. Si bien los gestos son parte de la comunicación y son utilizados por los niños pequeños, señalando o llevando al adulto al objeto deseado, lo mejor será que motive al pequeño a utilizar su lenguaje oral, utilizando lo menos posible las señas.
Usar palabras que sustituyan las correctas. Muchos papás crean o forman palabras nuevas a través de una ya establecida por qué les parece más sencillo, sin embargo, el uso de palabras incorrectas va dificultando el desarrollo del lenguaje y alterando en conocimiento de un vocabulario correcto.
Realizar preguntas cerradas. Lo mejor será evitar que los niños sólo respondan con un «si» o un «no» ya que de esta manera no favorecerán la expresión y ampliación del vocabulario.
Y finalmente es muy importante evitar corregir al niño de mal humor o enojado. Cuando se detecta un error en el lenguaje por factores físicos o cognitivos, recuerde que lo mejor será siempre una corrección indirecta, por ejemplo, si el niño dice «mia gua- gua» nosotros diremos. ¡Sí! «Mira al perrrooo».
Si desea mayor información, lo invitamos a consultar a un especialista en lenguaje.