Presente de alguna y de muchas formas, sigue “de moda” y se ha vuelto viral. El problema y lo preocupante de esto, en mi opinión; es que suele salirse totalmente de control, pierde el cauce y la dirección, y se descontextualiza. Eso es justo lo que creo que sucedió.
La revista Muy interesante, publicó un artículo señalando que el Diccionario Oxford había dado a conocer que:
“La palabra del 2018 había sido tóxico, la cual había sido buscada y utilizada a nivel mundial. De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, el significado de tóxico es: «Que contiene veneno o produce envenenamiento», refiriéndose a una sustancia. Sin embargo, el Diccionario Oxford no eligió esta palabra por su significado, sino porque de acuerdo a las búsquedas y consultas, la palabra reflejaba y hacía referencia a un estado emocional y una preocupación”.[1]
El 2022 transcurre y la palabra ya es un término que posee una gran carga y significado a nivel social… es ya un referente, una etiqueta, incluso una popular señal de alarma utilizada para todo aquello (llámese situaciones y/o personas) que produce daño, malestar y resulta perjudicial en y para las relaciones humanas.
Y es aquí donde quiero detenerme y preguntar: ¿Cómo es que la palabra que hace referencia a una sustancia que contiene veneno pasó a un término que alude a lo emocional y a los vínculos? ¿Qué implicaciones trae consigo la etiqueta que actualmente todo el mundo usa? ¿Colocar la etiqueta de tóxico(a) a alguien o a alguna situación realmente ayuda y contribuye en algo? ¿La etiqueta mejora mis vínculos?
Comenzare contándote que Bernardo Stamateas, fue quien introdujo y popularizó el término a través del libro titulado Gente Tóxica, en él define y engloba todos los rasgos y características de una persona tóxica, cómo detectarla, frases que utilizan, tips y recomendaciones para alejarte de ellas, etc. ¿Suena bien, no?, una puerta de salida imposible de rechazar.
El asunto es que el término surge más de la opinión que del conocimiento proveniente de un estudio serio, es decir, no hay fundamentos y bases científicas psicológicas para validar esta categorización, “es una etiqueta que no es puramente científica”. En la psicología no hay estudios de toxicidad, en la psicología hay estudios de comportamiento[2].
La cosa es que esta categorización, producto de una psicología exprés y de masas solo generaliza, reduce y elimina la singularidad que posee cada persona. Es decir, no contempla la historia de vida tan diferente que tiene cada sujeto.
¿Cómo te haría sentir el hecho de que alguien cercano a ti te colocara esta etiqueta solo por el hecho haber tenido un mal entendido o por haberte sentido insegura(o)?
El termino tóxico se ha convertido en un arma poderosa que quema y arrasa parejo; se aplica indiscriminadamente, vale y se utiliza para todo aquello que resulte o sea percibido como dañino, negativo o que cause malestar. Lo cual evidentemente siempre será perjudicial para el que esté en contacto. La consigna es clara: si alguien causa drama constante en tu vida lo que hay que hacer es huir para deshacerse de eso y eliminar las emociones tóxicas producidas.
Tenemos ante nosotros una “toxicidad” persecutoria, es decir, lo malicioso y nocivo siempre viene de los demás, es al otro al que siempre se le coloca ese título de tóxico(a), es al otro al que se le deposita todo lo dañino y del cual hay que protegerse. Dar por hecho esta idea, trae como consecuencia creer que todo lo que pasa con la gente tóxica solo es asunto de esas personas y nada de lo que sucede tiene que ver con nosotros, porque es el otro en quien recae toda la responsabilidad.
Definitivamente colocarle el rótulo de tóxico(a) a las personas o a tus vínculos, no favorece que mires hacia ti mismo. Quizá sería importante que consideraras que a lo mejor hay algo de ti y de tu historia de vida que hace que elijas y repitas sin saber, el mismo tipo de vínculo. Sí, ese que no te hace sentir reconocido, ese que hace que se activen todos tus miedos o ese que te hace sentirte lastimado e intranquilo. ¿Te has preguntado por qué no te has podido ir de ese vínculo que te lastima tanto?
«No elegimos a los otros al azar nos encontramos con aquellos que existen ya en nuestro inconsciente».[3]
Es decir, aquellos con los que establecemos un vínculo, nos permiten repetir vivencias y sensaciones que ya estuvieron antes, y que se nos presentan una y otra vez para poder ser resueltas. Lo tóxico no solo le corresponde a una sola persona, sino que hay más involucrados. La “toxicidad” más bien es el resultado de diferentes ingredientes traídos por las personas que están jugando en un vínculo: ya sea relaciones familiares, relaciones de pareja, relaciones laborales y de amistad.
Por lo tanto, el término “tóxico” no ayuda a relacionarnos mejor, no contribuye ni resuelve nada, en realidad se queda muy corto para describir los conflictos internos de una persona. La inseguridad, las dificultades, las luchas internas, las omisiones, las confusiones, los problemas de comunicación, etc., no son sinónimos toxicidad, más bien son alarmas de que algo sucede y es necesario acudir a terapia para poder analizarlo, acomodarlo y darle sentido.
Verás, los psicólogos, terapeutas y psicoanalistas en su práctica clínica, siempre le darán un lugar de privilegio a tu palabra y a tu discurso, y trabajarán junto contigo para que caigan todas aquellas etiquetas con las que has tratado de lidiar.
Recuerda, en terapia —y hablando específicamente de la que se lleva a cabo en CAPI— no hay juicios ni categorizaciones. Hay humanos con una historia de vida, con vivencias y situaciones significativas, agradables y placenteras pero también con situaciones y vivencias desagradables y hostiles que pueden causar que te sientas lastimado y que causen dolor y lastimen a otro. La gente llamada tóxica no nace siendo o queriendo ser tóxica. Los conflictos internos de una persona no engloban todo lo que una persona es en su totalidad.
A todos nos podría quedar el saco si nos basamos solo en nuestros conflictos, ¿no crees? Nadie está exento, ya que no hay vínculos ni humanos perfectos.
[1] Tóxico es la palabra mas usada del 2018
[2] El peligro de hablar de una persona toxica
[3] La noción de casualidad en Sigmund Freud