Una cantidad considerable de personas que llegan a consulta psicológica refieren que este es un problema de importancia en su vida. En algunos casos se tiene la intención de continuar con los estudios, tomar un curso, diplomado o estudiar otro idioma para subir de puesto u obtener un mayor grado; en otros se pretende buscar otro trabajo en el que el trato y las condiciones sean más favorables; en el caso de algunos jóvenes su preocupación es terminar su trabajo de tesis o iniciar los trámites de titulación; hay quienes quieren iniciar un nuevo proyecto personal o laboral que los lleve a la independencia económica, incluso, hay quien tiene la intención de inscribirse a una actividad recreativa o deportiva; sin embargo, por una u otra razón todas las intenciones se han visto frustradas.
La falta de dinero o de tiempo suelen ser los pretextos más comunes, pero cuando en terapia se sortean esos obstáculos dando cuenta del tiempo o el dinero que se prioriza en otras cosas menos relevantes, las personas no encuentran una razón por la que no pueden culminar sus proyectos.
Otros pueden presentar síntomas de enfermedad física que literalmente les impide realizar sus actividades como: fatiga o dolores corporales sin explicación médica, en otras ocasiones, sufren accidentes que los llevan a la incapacidad física. Luego de un arduo trabajo de análisis se llega a la conclusión de que ellos mismos boicotean su crecimiento y de que se tiene un temor al éxito o a la superación personal.
En el análisis de este temor se ha observado que en el fondo hay una angustia mucho más profunda que se germina en la primera infancia. Alfred Adler (padre de la Psicología Individual y colaborador de Sigmund Freud), estableció que el individuo sólo se puede contemplar en el conjunto de una unidad mayor, la sociedad y la comunidad humana. Se puede decir que sólo en relación con los demás, el individuo se convierte en persona; y para entender lo que le pasa, hay que examinar sus relaciones con sus respectivos otros.
Asimismo estableció que existe un Sentimiento de Comunidad que es una fuerza innata latente en el ser humano que se tiene que despertar y desarrollar en la infancia mediante la interacción del niño o de la niña con sus padres. Este sentimiento no sólo implica el sentirse uno aceptado y perteneciente, sino también implica contribuir activamente a la comunidad.
En vez de sentirse aceptado, apreciado y querido, el niño puede llegar a tener la convicción de que vale menos que las demás personas, que es menos querido, menos aceptado o menos fuerte, y surge en él un sentimiento de inferioridad.[i]
De acuerdo a lo anterior, el temor al éxito puede deberse a un sentimiento de inferioridad, que está muchas veces en el inconsciente del individuo, y que le impide la superación. En este sentido el deseo de los padres suele ser fundamental, ya que en lo inconsciente el individuo libra una lucha entre el deseo de pertenencia a la comunidad (familia) y el deseo de superación que puede significar la separación y el desprecio de los otros.
Sólo mediante el análisis de la historia personal se es capaz de librarse de aquello que nos impide la superación y los logros personales. El psicoanálisis y las terapias basadas en la psicología individual y humanista ofrecen la posibilidad de realizar este ejercicio para lograr con ello el éxito y la felicidad anhelada.
[i] Oberst, U., Ibarz, V,. y León, R., (2004), La psicología individual de Alfred Adler y la psicosíntesis de Olivér Brachfeld, Revista de neuro-psiquiatría; 67: 31-44