Hay una necesidad del organismo de ir a un nivel no habitual de la emoción, acompañada de sensaciones positivas, después de un buen tiempo de que se ha vivido en un estado de excesos emocionales y en el que posteriormente, la persona puede llegar a sentirse en una situación de mediocridad; esta es una forma natural y al momento de regresar a la vida normal hay que volver a encajar en la vida real incorporándose poco a poco a las actividades habituales.
Lo podemos definir como un estado profundo de experiencias inesperadas que pueden influir tanto en momentos positivos o negativos; lo que nos puede llevar a sentirnos irritables, cansados y con sensaciones de la mente apagada.
Es importante identificar que no podemos tener el control de todo lo que nos rodea, hay ocasiones que surgirán situaciones inesperadas, desde un despido laboral, un embarazo no planeado, la muerte de un familiar cercano, algún tipo de padecimiento de enfermedad crónica degenerativa, problemáticas familiares o alguna situación que no esté dentro de nuestros planes.
Este tipo de emociones con gran intensidad, nos pueden generar estados de depresión, ansiedad y momentos de estrés; lo que nos llevará a una resaca emocional, de la cual no seremos conscientes, ya que podrá afectar los pensamientos, la atención y la memoria a corto, mediano o largo plazo.
Estas resacas emocionales de igual forma tienen un inicio y un fin, ya que así como las podemos minimizar, también las podemos maximizar, al momento de seguir sometiéndonos a situaciones que nos generen desgaste emocional o el no querer salir de la zona de confort en la que nos sentimos a gusto con lo que somos y con lo que hacemos. Una de las maneras de distinguir la resaca emocional es cuando nos hacemos las víctimas de lo que nos pasa y en donde la mayor parte del tiempo, vivimos en la culpa y no nos queremos hacer responsables de lo que nos corresponde, ya que no logramos identificar las cosas que sí podemos resolver.
Es importante darnos un tiempo para estar más tranquilos y el intentar interiorizar lo que ha pasado y dejar de pensar en los momentos gloriosos, ya que nuestra verdadera esencia está en lo que somos en el día a día, también trabajar en terapia individual, ya sea en el momento de sentirse en la gloria o en el desastre total, por ejemplo: pasar un verano que se ha mostrado fantástico y creer que uno es otra persona, sin embargo, es también pensar en que somos normales y podemos diferenciar lo bueno de lo malo, identificar que ha pasado algo circunstancial y que podemos llegar a ser la mejor versión de nosotros mismos.
Otro punto, por ejemplo, es reconocer cuando hay exceso de alcohol o de alimentos, ya que hablamos de estímulos y de emociones, así que es importante el poder bajar el nivel de estímulos durante unos días o unas semanas, poder tener un perfil bajo. No se trata solamente de un evento o un momento emocional súper intenso o que nos impacta, sino que también podemos identificar algo que tenemos cerca como son las situaciones normales o las excesivas preocupaciones, así como el rodearnos de personas tóxicas que se encuentran alrededor y están absorbiendo todo el tiempo nuestra energía de una forma continua; hay que observar de dónde vienen esos momentos estresantes que puedan estar generando estas emociones.
Es importante el poder identificar desde dónde se están generando estas resacas emocionales, y para ello nos puede ayudar: