El ser humano entra en un estado de alerta por insight, por ejemplo, en el caso de minimizar la situación de la pandemia mundial por la que estamos pasando y no darnos cuenta del riesgo sanitario que podía haber generado, hasta que con el paso del tiempo se fueron duplicando los contagios y pudo apreciarse el riesgo en el que nos encontramos y lo vulnerables que podemos ser ante dicha enfermedad.
El comportamiento humano que se observó al inicio de la pandemia, fueron las compras compulsivas, que pudo llevarnos a un estado de preocupación constante al pensar en la posible escasez de productos. Las compras excesivas provocaron mayor afluencia en los centros de abastecimiento de alimentos y productos de higiene personal, como el papel higiénico; cabe decir que aún no hallamos explicación a este comportamiento social. Se puede notar que estos tipos de compras fueron realizadas de una manera irracional, solo por seguir a los demás, sin reflexionar en que otras personas pudieran haber necesitado de esos artículos. Además, las personas se han mostrado iracundas, pidiendo distanciamiento social de forma muy notoria, hasta el punto de ver al otro como un enemigo.
Al ver este tipo de comportamiento humano, de forma compulsiva, podemos identificar que no hemos evolucionado nuestra zona racional, actuando de forma inconsciente en situaciones masivas; lo que nos llevó a paralizarnos y a actuar de manera irracional ante los demás. Uno de los factores pudo haberse enfocado en el contagio emocional y la repetición del comportamiento, generado por el miedo, que es un mecanismo de defensa, y algo que nos puede llevar a imitar lo que los demás, llamándolo a este comportamiento colectivo social. Esta situación se empieza a notar como una forma de adaptación ante dicha pandemia, la cual se desconoce, ya que no se había presentado a nivel mundial.
La tendencia a imitar sin saber qué efecto podría tener dicho comportamiento colectivo podría ser de manera irracional, sin que se llegue a cuestionar en ningún momento. Esto puede verse como algo no adaptativo. El comportamiento colectivo en ambientes muy cerrados, muestra ciertas características que se producen por la pandemia mundial y que son idénticas en los diferentes puntos del mapa geográfico, desde donde lo veamos; cuando por ejemplo, algo toca al ser humano ya sea por el riesgo de morir, a partir de una enfermedad a la cual no se tiene una explicación, y que pueda generar como consecuencia afectación económicas y de salud pública. Todo esto puede generar momentos de tensión en el comportamiento humano, lo que ha pasado en esta situación de encierro, en el que las personas buscan la forma de salvarse, actuando sin pensar, sin pasar por el centro de control racional, sino solo por lo emocional. Dentro de las emociones positivas colectivas, encontramos el tema de la solidaridad que puedan desarrollar las personas ante los demás, esto puede ser lo que nos mantenga de forma positiva ante las adversidades. Así como poder observar el comportamiento y la actitud que tome cada individuo, pues nos permitirá enfocarnos en otras situaciones y elegir con qué nos quedamos, en vez de salir corriendo; para generar situaciones de más gratificación lo que nos hará sentir mejor.
La motivación para seguir adelante con lo que estemos realizando y lo que nos mueva sea de utilidad para los demás y en función de las personas que se encuentran a nuestro alrededor.