La importancia de aprender a recibir o dar afecto.. Psicologos CDMX

La importancia de aprender a recibir o dar afecto.

abril 7, 2021
Del afecto y sus bemoles. Estos últimos meses, sin duda han estado cargados de muchos sentimientos encontrados, me han puesto a prueba en diferentes aspectos y momentos de mi vida, y no dudo que más de uno está en una situación similar.

Primero, levantarse de la cama y escuchar noticias y cifras catastróficas sobre la COVID 19; para cerrar el día, lo mismo, duelos que parecen no terminar generados por las personas que ya no están con nosotros y un sinfín de formas nuevas para irnos adaptando. Que si home office, las relaciones a distancia, el no reuniros, andar de la sala a la cocina y pasar por la recámara, ocultar la mitad de nuestro rostro por el uso de la mascarilla, y así podría enumerar bastantes.

Pero, con todo esto, me pregunto: ¿qué hay de los sentimientos con los que ya contamos y estamos familiarizados, no necesariamente con los que nos toca ir cambiando, las sensaciones o las emociones al recibirlos, no sé, por ejemplo, al recibir la noticia del fallecimiento de un ser querido, pasamos de una elaboración de duelo que inicia, en muchas ocasiones (ojo, no es una regla) de la negación directo al enojo, y ahí vamos entre las etapas de éste proceso de pérdida y reconstrucción. Mis queridas colegas en CAPI, han abordado este tema desde diferentes perspectivas, si tienes oportunidad revisa algunos de los siguientes artículos, que son en verdad fascinantes: El duelo durante el COVID: particularidades, emocionalidad y rituales; Abrazando la muerte sin apegos; ¿Qué es un proceso de duelo?

Hoy me propongo hacer una entrada al blog de la Clínica de Atención Psicológica Integral, referente al afecto. Esta palabra, que para algunos autores es uno de los básicos de la vida emocional y que de repente, al menos en la consulta, cuesta un poco de trabajo identificar, incluso me he visto enredada para poder acompañar a mis clientes y que puedan familiarizarse con el cómo, cuándo y dónde se va sintiendo. Descubrir sus bemoles, lo secreto y complejo del afecto.

Comenzaré por una definición general, la mayoría de las veces se empareja el afecto con la emoción o con el sentimiento por alguien o algo, y aunque son parecidas, tiene sus pequeñas y marcadas diferencias.

Recordemos que la emoción es una respuesta interna, corporal, por otro lado el afecto ésta más relacionada con el estar con el otro. El afecto es algo que puede darse al otro o bien que recibo de los demás. Una de las variantes, es que la emoción no se da ni se quita, solo se siente y se refleja en nuestro lenguaje corporal, mientras que el afecto si es algo que podemos trasladar al otro o bien recibirlo del otro.

Puedo conservar el afecto que me brinda mi madre, por ejemplo, llenar de afecto a mi hijo, tener una relación afectuosa con alguna persona, etcétera. En el camino se nos va enseñando que dar afecto es una tarea que requiere esfuerzo, dedicación, tiempo, compartir; en pocas palabras que proporciona bienestar. Está íntimamente relacionado con el amor, el cuidado, etcétera.

Ahora, si dar afecto, nos ayuda con todas estas cosas que ya consideré hace unas líneas, que tal si nos preguntamos a nosotros mismos o a quienes están a lado nuestro, si recibir afecto es igual de importante o reconfortante, seguramente recibiremos muchos: “¡Sí, por supuesto!”

Las personas necesitamos una gran cantidad de afecto, para recibir y también darlo, ser empáticos, afectivos con las personas que nos rodean, con nosotros mismos incluso.

Y de nuevo me lleva a un reflexión del aquí y el ahora… al igual que acompañando a mis clientes en la consulta, pienso que en medio de la contingencia que vivimos a nivel mundial, en qué me ayuda recibir afecto de las personas cercanas a mí, y cómo demuestro mi afecto hacia las personas que me interesan.

Puedo responder que: al sentirme cerca de las personas que quiero, al estar al pendiente de él o ella, al estar al pendiente por mí, o por el otro, al vivir mis procesos de duelo de manera orgánica (no solo de muerte, duelo en general).

Ser una mujer afectuosa es para mí sentirme libre, en congruencia con mis sentimientos, mis pensamientos, mis emociones, estar cerca de las personas que amo, de los que quiero. Elegir permitirme recibir afecto, es sentirme acompañada por el otro, estar en comunicación con mis necesidades y cumplirlas.

Tú qué piensas, ¿cómo es para ti, dar y recibir afecto?

CAPI. Clínica de Atención Psicológica Integral

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