Es fundamental que el Adulto Mayor cuente con un soporte adecuado durante su proceso de adaptación a esta etapa de la vida, ya que pueden surgir limitaciones que afectan su autonomía e incluso a su supervivencia, debido a una mayor vulnerabilidad física, y/o emocional, así como la presencia de múltiples enfermedades.
Por ello es indispensable hablar de las redes de apoyo con las que pueden contar. En este caso, hablaremos del rol tan importante que tienen los cuidadores en la nueva etapa de vida de los Adultos Mayores.
El cuidador(a) es la persona encargada de brindar asistencia y acompañamiento a un Adulto Mayor que, debido a su edad, estado de salud o nivel de autonomía, requiere apoyo para realizar sus actividades en la vida diaria. El cuidador(a) puede ser un familiar, amigo o un profesional capacitado. Las actividades pueden ser: administración de medicamentos, aseo personal, apoyo en alimentación, acompañamiento emocional, apoyo económico, actividades recreativas, etcétera.
Existen tipos de cuidadores como: Cuidador primario (persona que asume la mayor parte del tiempo el cuidado); Cuidador secundario (persona que apoya al cuidador primario y está parcialmente en momentos específicos); Cuidador de relevo (cuidado temporal para el descanso de otros cuidadores); Cuidador formal (personal capacitado, y la mayoría de las veces contratado); Cuidador económico (persona que apoya económicamente, en ocasiones con transporte o insumos).
El bienestar del(la) cuidador(a) influye directamente en el del Adulto Mayor. Cuidadores sobrecargados o con estrés crónico pueden tener dificultades para brindar el cuidado óptimo. Es necesario apoyar con redes de apoyo, formación y descanso.
Un contexto difícil para el(la) cuidador(a) existe cuando la experiencia se vuelve pesada, exigente y las herramientas se ven superadas por las tareas a enfrentar, lo cual, genera una situación de estrés, incertidumbre y ansiedad, lo que puede afectar también al Adulto Mayor y que puede causarle desgaste físico y emocional, sumados a los retos que ya de por sí enfrenta.
Ante este contexto, la psicoterapia se puede convertir en una herramienta fundamental tanto para el(la) cuidador(a) como para el Adulto Mayor, ya que se permite expresar emociones y adquirir herramientas; las cuales sirven para afrontar los desafíos diarios sin poner en riesgo la relación entre ambos y se promueve una mejor calidad de vida. Acudir juntos o separados apoya a fortalecer el vínculo, a incrementar el autocuidado y con ello prevenir el desgaste emocional.
La psicoterapia no solo es un espacio de bienestar, sino un recurso valioso. Buscar apoyo es señal de sabiduría y responsabilidad. En CAPI estamos para apoyarte, nos comprometemos con tu bienestar y el de tus seres queridos.
Te acompañamos en este proceso y ofrecemos herramientas para afrontar esta etapa con más fuerza, calma y sentido.
Referencias:
Álvarez-Carchipulla, G. J., Maza-Román, N. E., & Requelme-Jaramillo, M. J. (2023). Significado de cuidado al adulto mayor: percepción del cuidador informal. Revista InveCom, 5(1), 1–14.
Bernabéu-Álvarez, C., Lima-Rodríguez, J.-S., & Lima-Serrano, M. (2022). Efecto de los grupos de apoyo en la calidad de vida de los cuidadores. Family Process, 61(2), 643–658.
Tonkikh, O., Chi, N.-C., Herr, K. A., Fishman, S. M., & Young, H. M. (2023). Apoyo a la salud y el bienestar de los cuidadores de personas con dolor. American Journal of Nursing, 123(6), 55–61.
Licenciada por la Facultad de Psicología de la UNAM, Maestra por el Centro de Psicoterapia Cognitiva, especializada en el ámbito clínico, con enfoque cognitivo conductual.
Cuenta con experiencia en población adolescente, adulto y adulto mayor, con desempeño en áreas públicas, privadas y ambiente hospitalario.