No obstante, el uso excesivo de internet puede hacer parecer que vivimos una ciberadicción, o sea, la incapacidad para abstenerse o bien sentirse esclavo del uso de internet, navegar, redes sociales, etcétera; y que conlleva a una separación o fractura con el aquí y ahora, y con las relaciones interpersonales que se pudieran generar.
Me parece importante aclarar que este acto de una posible adición al internet no se relaciona con el tiempo total que se pasa frente a un aparato electrónico, debido a que hay muchos factores al respecto, por ejemplo, si uno estudia en línea, hace home office o trabajo a distancia, por mencionar algunas.
Entonces, tampoco tiene que ver con lo que hacemos en la computadora, tablet o celular. Por ejemplo, puedes pasar una semana en una conferencia de más de 5 horas diarias o usar esas mismas horas para estar atrapado en un juego sin pausas, o bien generando contenido en internet porque ese es tu trabajo, por lo tanto, lo que genera una adicción son las prácticas y complementos alrededor del uso del internet, más que el tiempo que se pase frente o interactuando con la web.
Hay algunas características que pueden indicar una adicción al internet, que debo aclarar, no son limitativas, por ejemplo: dolores de espalda, pocas horas de descanso o a veces insomnio, una higiene personal ausente y muchas características sociales, como el no poner un límite al uso de internet, buscar momentos para seguir consumiendo contenido del ciberespacio, dejar de lado actividades básicas (como dormir, bañarse o comer), volverse irritables cuando no están dentro de la web.
La gente puede consumir internet en exceso para compras, juegos, relaciones humanas, videojuegos, juegos de azar, pornografía, estudio, trabajo y redes sociales.
Los conflictos aparecen cuando este consumo excesivo se convierte en la razón por la cual uno va perdiendo intereses básicos, en pocas palabras uno desperdicia el poder de tomar decisiones al no poder frenar una actividad que está poniendo alto o en segundo plano, actividades diferentes dentro del día a día.
Sin duda, las nuevas tecnologías y el aislamiento por la COVID-19, han hecho que el uso de internet se incremente de manera exponencial en las personas de todas las edades, pues con el tiempo que vivimos de contingencia, desde los individuos más jóvenes hasta los adultos mayores, vivimos una sobre exposición a este medio, para seguir comunicados, generar vínculos, estudio, trabajar y distraernos.